Francisco de Paula, Blue Jeans: “Los libros no tienen edad ni género”

Francisco de Paula Fernández, escritor español conocido internacionalmente como Blue Jeans, conversó con “Libros a mí” en su tercera visita a Lima. Esta vez, el autor de 41 años arribó a nuestra capital para presentar su obra completa este viernes 24 de noviembre a las 4 p.m. en la sala Ricardo Palma de la Feria del mismo nombre que se lleva a cabo en el Parque Salazar de Miraflores.

Aquí la extensa entrevista que le realizamos a Blue Jeans sobre sus inicios en la industria, la forma en cómo construye sus historias y también sobre un par de temas de actualidad. El autor de exitosas trilogías como «Canciones para Paula», «El club de los incomprendidos» o «Algo tan sencillo» dijo sentirse muy a gusto en Perú, país en el que tiene un amplio número de lectores.

-¿Imaginaste al iniciar tu carrera como escritor que tus historias lleguen a un lugar tan lejano de España como el Perú?

Ni lugares lejanos ni cercanos (risas). Es más, no pensé que fuera a conseguir algo. Yo me inicié escribiendo en Fotolog, en el que subías una fotito y abajo un texto. Empecé a escribir porque me gustaba y porque sentí que había una oportunidad para que la gente me lea. Publicar ya era un milagro y todo lo que ha venido después es increíble. Son diez libros con Planeta, traducciones a varios idiomas y una película.

-Escuché la canción del grupo Sqeezer que da origen a tu apelativo (Blue Jeans)… ¡y es malísima!

¡Es horrible!

-Pero el título es muy bueno…

Sí, eso es cierto. Y me ha servido para lanzarme. Pero es verdad que la canción es horrible (risas). No sé si el grupo aún existe, ni de dónde es, pero si siguen tocando entonces llevo nueve años haciéndoles publicidad (risas).

-Varios te llaman ‘El Moccia español’. ¿Te molesta, lo ves como una responsabilidad grande o te es indiferente?

Al principio en España había muy pocos libros de literatura romántica juvenil. Estaba Federico Moccia con “Perdona si te llamo amor” y “Tres metros sobre el cielo”, entre otros, pero cuando yo salí no había muchos más (autores). Es verdad que nuestros estilos inicialmente a lo mejor se parecían un poco. Por ejemplo, un libro suyo tiene cuatro protagonistas y uno mío también. Entonces llegaron las comparaciones, las cuales aumentaron cuando Planeta me fichó siendo él también autor de dicha editorial. Así que para que la gente entienda un poco el tipo de literatura que yo hacía me ‘promocionaron’ como el ‘Federico Moccia español’. Pero a mí jamás me ha molestado eso porque a él lo admiro y lo conozco personalmente. Le he regalado mis libros, me ha firmado algunos y hemos hablado mucho. Sin embargo, creo que en los últimos años mis libros no tienen mucho que ver con los de Moccia, aunque sigan teniendo corazoncitos en la portada (risas). Siento que en mis obras el amor es un porcentaje pero no es el mayor, mientras que Federico se ha centrado siempre en las múltiples posibilidades que tienen las relaciones amorosas.

-Tengo aquí “Cállame con un beso”, que posee una característica que se repite en casi todos tus libros: un título contundente. ¿Este elemento lo concibes antes de escribir la novela, durante o al final?

No puedo empezar a escribir si no tengo el título del libro. No es una manía pero sí siento que me da mayor seguridad. Y cuando la editorial me aprueba el título es cuando comienzo a escribir. Pero los títulos no son solo míos. A veces se me ocurren a mí y otras veces a mi novia. Buscamos eso que dices, una frase contundente, algo que enganche. Luego ya trato de incorporar el título a la historia. Es decir, qué momento es preciso para que él o los protagonistas del texto suelten la frase. Y ese es un momento que a los lectores les gusta mucho.

-“Cállame con un beso” cierra la trilogía de “Canciones para Paula”. Hay en el libro personajes con mayor madurez. ¿Te cuesta cerrar las historias o es algo que no te genera mayor complicación?

No me planteo los finales de los libros porque se me ocurren cinco días antes de terminarlos. En el caso de la trilogía “Canciones para Paula” sabía que el libro que mencionas sería el último porque ya había fichado por Planeta y teníamos otro proyecto en plan: “El club de los incomprendidos”. Creo que “Cállame con un beso” acaba de una manera original. Generó cierta curiosidad ese final, pero yo quedé muy contento con el resultado pues no soy un escritor que busque el final tipo “fueron felices y comieron perdices”. Me gustan los finales mucho más amplios. Prefiero que el lector siga proyectando la vida de los personajes y que sean ellos mismos los que continúen recreando la historia.

-Si bien tus libros son asignados al segmento de literatura juvenil, hay muchos adultos que los leen. ¿Por qué crees ocurre esto?

Cuando empecé a escribir “Canciones para Paula”, en 2008, tenía lectoras de 18 o 19 años, entonces, hoy ya pasaron muchos años y esas chicas tienen hijos o están casadas, pero siguen leyéndome y yendo a mis firmas. Siento que se ha ampliado mi arco de lectores. Antes me leían entre los 14 y 19 años mientras que hoy veo a niñas de 11 años llevándome sus libros para que los firme. Sin embargo, también veo a padres que leen mis libros para ver qué es lo que están leyendo sus hijos y al final terminan enganchados. Siempre he creído que los libros no tienen edad ni género. No escribo exclusivamente para chicas, aunque evidentemente son ellas las que me leen en mayoría, pero no escribo pensando que solo me leerán mujeres.

-Has dicho que en 2011 los medios recién empezaron a hacerte caso. ¿Fueron muy difíciles tus inicios?

Creo que todos los inicios son difíciles. En España tengo la suerte de trabajar con Planeta, la editorial más importante de habla hispana, y ellos tienen muy buenos equipos de comunicación y marketing.  Pero en 2011 estaba con la editorial Everest. Recuerdo que entonces convocábamos a ruedas de prensa y terminábamos mirándonos con el encargado de comunicaciones porque no había nadie. Pasa con la literatura juvenil en España, salvo con los autores que ya tenemos un bagaje importante. Se acaba de iniciar en mi país una campaña de autores de literatura juvenil pidiendo cobertura a los medios. Este tipo de escritores son muy importantes porque son formadores de lectores. Pienso que se debe apoyar a la literatura juvenil porque es básico para la cultura. Si no te aficionas a leer a los 13 años será difícil que a los 30 o 40 leas.

-En “Cállame con un beso” está muy presente Londres, el polo que usas durante esta entrevista tiene inscrita la palabra Berlín y tus libros se leen mucho también en países impensados como Polonia. ¿Cuán importantes son los viajes para ti? ¿Sueles viajar mucho?

Sí, claro que son importantes.  He estado en las 50 capitales de provincia que tiene mi país firmando libros. Viajar se ha convertido en mi gran pasión. Antes del año 2012 nunca había salido de España, pero desde entonces he estado en 23 países de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Me encanta viajar con mi novia, recorrer ciudades. Creo que viajar te ayuda a abrir tu mente. Cada lugar que visito me hace pensar ‘¡cómo quisiera vivir aquí!’. Yo vengo de un pueblo muy pequeño y me costó irme a Madrid, una ciudad muy grande; pero cuando viajo a otros países me doy cuenta que esa ciudad está muy bien, y si bien yo soy feliz ahí, también soy consciente de que hay otro ‘mundo’. Europa es increíble, los países escandinavos, Alemania, Rusia, San Petersburgo. Y Nueva York es tan increíble como lo es Latinoamérica.

“CATALUÑA / ABUSOS SEXUALES EN HOLLYWOOD”

-Sueles no hablar de política en tus entrevistas, pero asumo que eso no significa que en tu casa no se hable de situaciones como la que ha vivido Cataluña [independencia declarada unilateralmente y posterior aplicación del artículo 155 por parte del gobierno central] hace poco.

Mis padres viven a 600 kilómetros y diariamente hablamos no solo de política y de Cataluña, sino también de lo que pasa con el gobierno, de la crisis. Me considero una persona bastante neutra. No soy radical en nada. Y siempre intento ver por qué se hacen las cosas. Es decir, aunque no me guste o esté en desacuerdo (con algo), me detengo a ver el motivo detrás. Tampoco tengo problemas en reconocer cuando me equivoco en algo y ofrezco disculpas. Mi mente es bastante abierta, creo que eso es algo que se aprende con los años, y por supuesto que hablo de política. No creo que haya un español que no hable sobre lo que pasa en Cataluña porque esta ha sido la situación más trascendental en España desde el 78, año en que se aprobó la Constitución.

-La idea sería que los jóvenes lean para que estén enterados de lo que ocurre y puedan opinar…

Yo creo que los jóvenes sí leen, lo que pasa que es leen lo que quieren. También es cierto que se vive una situación muy complicada en España. La crisis ha afectado a muchas familias. Antes quizás se vivía muy bien pero ahora ven que sus padres tienen complicaciones y tal vez ellos estudian y no encuentran trabajo o un buen salario. Así que muchos chicos terminaron volviendo a casa de sus padres. Creo que a los chicos no les falta tanto leer (sobre lo que pasa en España) porque lo viven en sus propias casas. A veces parece que ya estamos saliendo (de la crisis), porque nada es eterno, pero creo que queda mucho trabajo por delante hasta que las cosas se estabilicen. Sobre todo el tema del trabajo y de los salarios.

-¿Sientes que tus libros son siempre positivos en su mensaje hacia el lector?

Sí, les intento añadir un halo de positivismo. Mis libros son positivos y no quiero perder eso, aunque les pasen cosas a los protagonistas. Intento que no terminen en algo triste, claro.

Blue Jeans cuando vino a Lima en el año 2012. Con el tiempo ha ido formando una amplia legión de seguidores. (Fuente: Alessandro Currarino/ Diario El Comercio)

-En Perú y en Latinoamérica se vive una fiebre de booktubers. ¿Cómo ves el fenómeno? Aquí algunos críticos literarios los minimizan por considerarlos ‘poco serios’ o poco fundamentados en sus comentarios…

No hay que tomarse las cosas tan en serio. Los booktubers para mí hacen una muy buena labor porque hablan de literatura. Hay muchísimos chicos que están leyendo gracias a que otros hablan sobre libros. Así que las editoriales y los escritores solo les tenemos que dar las gracias. Y en España muchos de esos booktubers se han convertido en escritores. Han pasado al otro lado, y eso ayuda a que la gente joven diga ‘ah, este chico que soñaba ser escritor lo ha conseguido. ¿Por qué no lo puedo hacer yo?’ Eso es muy bueno porque deja la idea de que no es imposible publicar un libro y que te lean.

-¿Te animarías a escribir nuevamente una trilogía exclusiva para Internet?

No, sería imposible porque yo vivo de los libros que vendo. Entonces, escribir libros en Internet no me serviría. Aparte que ya no estoy solo en esto. Tengo a Editorial Planeta detrás y tenemos proyectos a largo plazo.  No es “Algo tan sencillo” lo último que he publicado. Se supone que todo esto irá para largo, aunque uno nunca sabe lo que puede pasar. Hoy, sin embargo, lo veo muy difícil.

-Finalmente, en Hollywood se ha desatado una serie de denuncias sobre acoso y abusos sexuales contra actrices. ¿Conoces de algún caso en la industria editorial? ¿Qué opinión te genera esto?

Es un tema muy complicado porque si todo lo que se está diciendo es cierto –que no tiene por qué no serlo– hay entonces un problema muy grave detrás. Que haya tantas denuncias por acoso y violaciones es grave. Lo que no entiendo es por qué tardó tanto en destaparse esto. No por las víctimas, porque se entiende lo complicado que debe ser, sin embargo, la gente que está alrededor de ellas no ha hablado. ¿Por qué? En el mundo de los libros yo no conozco casos de este tipo y si los conociera, evidentemente los denunciaría. Y que salga alguno, pues no me sorprendería, porque si ha pasado en el cine, en la televisión y en la música, pues a lo mejor alguien llega y dice ‘tal autor me hizo esto durante una firma de libros’. Ojalá nunca haya pasado, pero tampoco se puede descartar porque luego te quedas con la boca abierta al ver que todos los días sale algo diferente de gente a la que admirabas y respetabas. Pienso que cuando estas denuncias se vayan confirmando y terminen en juicio veremos cómo quedan las cosas y ojalá se limpie todo para que sirva de ejemplo y no se repita más. La justicia, sea el país que sea, debería actuar con contundencia porque son casos que no tienen algún tipo de tolerancia.

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