Charlie Becerra: «Es necesario devolverle creatividad e imaginación a la literatura de hoy»

Una crítica negativa, ventas bajas o el poco espacio en prensa terminan socavando el deseo de convertirse en escritor para cientos de personas en distintas latitudes. Hablando del Perú, la situación se complica algo más si el autor es de provincia, donde publicar es casi una odisea.

Esto sin embargo no parece haber ocurrido con Charlie Becerra. Un publicista trujillano que dos años después de publicar una interesante investigación sobre el crimen organizado en la costa norte peruana (“El origen de la hidra”) vuelve con otro libro bajo el brazo. Esta vez, sin embargo, todo parece distinto. Desde la editorial, hasta el género literario.

Charlie Becerra ha publicado “Solo vine para que ella me mate”, una novela en la que vemos cómo Alex, un humilde joven peruano que podría ser cualquiera de nosotros, decide cruzar la frontera de México con Estados Unidos dejando todo atrás. Todo excepto los recuerdos… y una voz particular que le permitirá vivir inesperadas aventuras.

Pero el relato no es solo peligro, balas o narcocorridos. Hay también padres dispuestos a todo, madres que sufren en silencio, hermanos presos que buscan dejar su pasado atrás, y también acompañantes muy divertidos. Todos son, en palabras del autor del libro, “ingredientes para que la atención del lector no caiga”.

Aquí nuestra charla con Charlie Becerra sobre su primera novela, publicada por la Editorial Planeta y a la venta en las principales librerías del país.

-Mientras lee tu novela uno tiene la sensación de ir en un viaje permanente. ¿Eso buscabas?

La novela no solo habla de un viaje [aunque en realidad son dos, el de Alex (Camilo Ballesta) y el de su papá que lo busca], sino que también te jala hacia adelante constantemente, a través de sus hechos, claro. El hecho de ‘avanzar’ impide que el lector sienta ‘tiempos muertos’. Recuerdo que cuando presentaron mi libro en Trujillo hicieron una reflexión sobre el cine, comparándolo a “la vida pero sin partes aburridas”. Creo que es lo mismo que busqué esta vez.

-¿Cuál fue la idea matriz que desató el argumento de “Solo vine para que ella me mate”?

Un libro sobre el narcotráfico en México. Hablaba sobre las ejecuciones que hacían los cárteles a los ilegales que traspasaban la frontera a EE.UU. Hay personas que pagan miles de dólares para que los cárteles los recojan en México y los hagan cruzar la frontera. Pero una vez que llegan a la frontera, estos los secuestran y les exigen un nuevo pago, similar al primero. Y si no le pagas, te matan. También surgen otros carteles rivales y todo puede salirse de control…

-Se matan entre todos.

Sí. Leí el caso de una mujer que se vio envuelta en algo así. Y después de un asesinato masivo resultó a salvo. Se mantuvo oculta entre los cadáveres. Y de pronto ella sale y comienza a atravesar el desierto. Fue una imagen poderosa que no pude sacarme de la cabeza. Ese fue el detonante de mi historia.

-¿Qué tan difícil fue ir armando al personaje de Alex con todas sus transformaciones a lo largo del tiempo y de los espacios geográfico que transita?

Te confieso que esta novela la escribí en tres meses y medio. Básicamente, me dejé llevar. Sentía que tenía muchas cosas adentro para contar. Y creo que fue un gran beneficio que el protagonista se presente muy joven y sea muy susceptible a lo que ve, a lo que le llama la atención. Entonces sufre una transformación bastante orgánica. Obviamente eché mano a mi experiencia de juventud y adolescencia. Pensé en cosas que hubiera hecho yo estando en su lugar. Así que todo fluyó.

-¿Cómo definirías la composición de la familia que ampara a Alex y luego lo ve partir?

Es casi como un bote en altamar que se rehúsa a hundirse. Está como pegada con tape por todos lados. Y, finalmente, el viaje que hace Víctor Ocampo en busca de su hijo (Alex) es como un último intento porque la nave no se vaya al diablo.

Charlie Becerra con su novela «Solo vine para que ella me mate».

-Háblame de la estructura. Empiezas el libro, lo partes y le añades testimonios de viajeros. Finalmente retomas el relato inicial. ¿Por qué esta especie de hiato?

Me parecía fundamental mantener el nivel de sorpresa lo máximo posible. Esto por lo acostumbrados que estamos a consumir historias mediante otras plataformas. Tampoco estamos hablando de una novela necesariamente corta. Bueno, y sobre la segunda parte, como tú lo has dicho, ‘rompe la novela’, pues se me ocurrió casi al terminar la primera etapa. El hecho de que sea una novela sobre narco implica la muerte de mucha gente. Pensé: ¿cómo puedo hacer para que estos personajes, tras su muerte, sigan aportando? Y decidí incluir sus voces. Así tendría una mayor cantidad de ingredientes para la novela en general. En la tercera parte, entonces, sientes que tienes un mundo que ya te acompaña.

-Hablando de modelos, ¿tuviste en cuenta algún referente para escribir “Solo vine para que ella me mate”?

Me han dicho algunos que esta es una novela muy ‘a lo Bolaño’. Y sí, me parece cierto. La parte de los testimonios específicamente es muy parecida a la segunda parte de “Los detectives salvajes”, una novela de la que no te puedes escapar tras leerla. Mi preferida de ese autor.

-¿Cómo ha sido tu proceso de inmersión en el ‘mundo México’? Porque hablas aquí de los narcocorridos, de lugares específicos, juegas con el lenguaje…

Google Street View! Me he paseado por México, Nicaragua, Italia, por todos los lugares que aparecen en la novela, gracias a esa aplicación. Por otro lado, el narcotráfico es un tema que vengo siguiendo hace mucho tiempo. Así que si hubo un proceso de preparación pues yo no lo he tomado tan así. Creo que las cosas que venía leyendo o que me llamaron la atención terminaron insertándose en la novela de forma muy orgánica.

-Lo mismo supongo con la música, bastante peculiar en estas zonas peligrosas de América…

Si eres una persona que sigue el tema entonces te será inevitable caer en las ramas que lo rodean. Me parece alucinante que hayan radios especializadas en narcocorridos, que se realicen películas sobre narcos, que aunque obviamente sin mayor poder distribución, sí llegan a circular localmente. ¡Y estas se nutren de dinero sucio! Tiras del hilo y siempre salen más cosas.

Más sobre los narcocorridos. (Fuente: RT en Español)

-Tanto en el caso de Víctor con su amigo taxista como en el de Alex con su amigo colombiano parece siempre que tus protagonistas tienen un acompañante. ¿Cómo fuiste definiendo a los personajes secundarios para que no estorben en una novela que más bien debía ser veloz?

Pensé que, en el caso del amigo de Alex, ‘atravesar Sudamérica en bus, como un ilegal, debe ser jodido’. Y entonces quise un compañero que convierta la tragedia en momentos anecdóticos. Y le metí humor negro. Es como la vida. De repente un día te pasa algo terriblemente malo, pero en la noche ocurre un hecho que te hace morirte de risa. Me interesó condimentar la historia.

-¿Sientes que la temática de la violencia te perseguirá un tiempo más? Me contabas que antes habías escrito unos cuentos. ¿Eran también ‘sangrientos’?

Los cuentos esos sí eran policiacos. Y, probablemente, mis próximos dos libros serán también de ‘balazos’. Luego ya me gustaría buscar otras temáticas.

-¿Ves un nicho en esta forma de afrontar la violencia?

Claro que sí.

-¿Crees que novelas como “El cerco blanco” de Iván Slocovich están empezando a ocupar ese espacio?

Por supuesto. Y me gustaría armar mesas en alguna feria del libro. Porque lo mío es una propuesta, la de Iván es otra. Y podría haber una conversación entre ambas. Y creo que gente que lee mi novela o tal vez “El origen de la hidra” puede advertir que Perú es un país importante para la cadena del narcotráfico. Y por qué no una vertiente de narco literatura peruana.

-Hace dos años conversamos sobre “El origen de la hidra” y me pintabas un Trujillo súper peligroso. ¿Las cosas están algo mejor o pasó lo contrario?

¡Uf! En un momento comencé a juntar nuevos casos para una segunda parte pero me di cuenta que nunca terminaría. Siempre aparecen casos peores. Por otro lado, “El origen” fue como un mapa algo más general, y siento que hoy en día sería egoísta al –porque que hay otra gente investigando el tema—volver a intentar meterme en lo mismo. Quizás mi contribución terminó cuando ‘metí el pie para que no se cierre la puerta’.

-¿Crees que en algún momento las sociedades se terminan acostumbrando a vivir bajo miedo?

Sí, pero lo peor es cuando la sociedad ve el crimen o a los criminales casi como aliados de vida. Por ejemplo, vives en la periferia de Trujillo, tienes un hijo enfermo y no tienes dinero. La organización criminal te da la posibilidad de que vayas a un banco, abras una cuenta de ahorros, les entregues la tarjeta para que ellos cobren cupos a tu nombre, y te dan 200 soles para que compres lo que necesita tu hijo. ¡Imagínate lo terrible que es eso!

-Uno piensa que cuando escribe libros como “El origen de la hidra” busca informar o concientizar. ¿Qué busca un escritor al crear una novela 100% ficción?

No voy a hacer críticas personales a nadie, pero yo estoy ‘hasta acá’ de la autoficción. Ya no más. Una novela sin creatividad, una novela que no te hace viajar, ¿será lo mismo que otra que sí lo intenta? No lo creo. Siempre menciono el ejemplo de Julio Verne. Imagínate que él en vez de contar las grandes  historias que contó hubiera escrito sobre ‘lo feo que era la vida junto a una mujer que no quería que él fuera escritor’. De repente tienes la posibilidad de contar una gran historia pero decides contar otra cosa que tal vez no tiene nada de particular más allá de que es un intento más por demostrar que escribes bonito. Es necesario devolver la creatividad y la imaginación a la literatura hoy por hoy.

Charlie Becerra Romero ya tiene dos libros en su faceta de escritor. (Foto: Libros a mí-Exclusiva)
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