“De Montesinos a los Cuellos Blancos”: nuestro comentario sobre el libro de Luis Pásara

“Ahora es más claro que la justicia padece los males de su propia sociedad”.      Página 97.

Habituados a ver cada cierto tiempo encuestas de opinión pública en las que el Poder Judicial aparece como uno de los poderes del Estado con menor aprobación o respaldo popular, pocas veces nos detenemos a profundizar en las razones de la crisis del sistema de justicia.

En ese sentido, la aparición de “De Montesinos a los Cuellos Blancos”, el último libro del reconocido investigador Luis Pásara, actualmente essenior fellow en Due Process of Law Foundation, reviste suma importancia porque es una herramienta valiosa para comprender el pasado, presente, y las posibles perspectivas de solución para el citado problema.

La publicación –que inaugura la serie Perú Breve a cargo de Alberto Vergara y que lanzó Editorial Planeta en la última Feria Internacional del Libro de Lima— es presentada en un formato de fácil acceso al público masivo. Poco más de 100 páginas sin citas bibliográficas.

Hay que decir que “De Montesinos a los Cuellos Blancos” condensa lo mejor de dos de los textos que su autor publicó años atrás en el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú: “Tres claves de la justicia en el Perú” y “Una justicia imposible. La justicia latinoamericana en el banquillo”.

En esta ocasión, Pásara ha estructurado su libro en cuatro capítulos que tocan temáticas como el origen del problema, el diagnóstico de la situación actual, el perfil de los abogados y ciudadanos que hacen uso del sistema judicial, y una serie de posibles salidas a la crisis que enfrentamos.

Luis Pásara identifica una serie de reformas al sistema de justicia que van desde el gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas a cargo de Juan Velasco Alvarado hasta el último referéndum impulsado por el mandatario Martín Vizcarra (en el que se consultó a la ciudadanía sobre el cambio del Consejo Nacional de la Magistratura a la Junta Nacional de Justicia).

En el primer caso, Pásara menciona que se subdividió la administración judicial en ‘fueros’ (agrario, militar, etc). Aunque sin un apoyo concreto de los actores judiciales (jueces), la iniciativa parecía avanzar hasta que el terrorismo interrumpió el proceso.

Fue la denominada ‘época de la violencia política’ la que frenó aún más cualquier intento de mejora. Los jueces y fiscales retrocedieron aún más en su labor (ya sea por miedo a la situación caótica del país o por incapacidad). Esto hasta el inicio del gobierno de Alberto Fujimori. Aquí Luis Pásara divide su análisis en dos etapas: la correspondiente a 1990-1992 y la que comprende al periodo posterior al autogolpe.

El autor identifica en casi todos los gobiernos estudiados una coincidencia: el rechazo que desde la primera magistratura se predicaba hacia el sistema judicial. Velasco y Fujimori (“quien llamó a la sede del PJ el ‘Palacio de la In-justicia’), por ejemplo, no dudaban en repudiar la lejanía de esta institución con respecto al público de a pie. Este gesto sería tan populista como efectivo, esto último porque se amparaba en una ciudadanía descontenta y sedienta de justicia.

Un capítulo sumamente interesante en este libro es el que Luis Pásara dedica a perfilar el abogado típico peruano. El autor no se queda en la clásica idea del ‘tinterillo’, sino que analiza orígenes, profundiza en temas educativos y socio culturales. Estamos ante un personaje que termina siendo indispensable, pero que pocas veces satisface las necesidades de sus clientes, peor aún si estos son de clases bajas o si desconocen el ‘teje y maneje’ del sistema judicial.

Pásara remarca la “poca motivación para denunciar” (que existe en la sociedad) pues se cree que siempre un proceso legal “será una pérdida de tiempo”. Efectivamente, un bajísimo porcentaje de personas víctimas de un delito denuncia, y otro aún menor continúa el proceso judicial hasta recibir sentencia. Ocurre con suma frecuencia que el ciudadano de a pie no está imbuido en términos legales. Ni siquiera conoce cuál es la diferencia entre la labor del fiscal y la del juez.

El autor de “De Montesinos a los Cuellos Blancos” fustiga a las instituciones que forman jueces y fiscales por alimentarlos de una cultura “burocrática y vertical”, la cual –agrego yo—estarán siempre lejanas al sentir de una sociedad capturada por otros intereses.

Ya en la parte final de su ensayo, Pásara se preocupa por resaltar que no existe una solución “integral” y rápida a esta crisis. Aunque resolver todo a la vez es imposible, sí debe “ajustarse las expectativas y trabajar objetivos más modestos en función a nuestras posibilidades”. Desde su perspectiva, oleadas de indignación como las que se dieron a raíz del caso Lava Juez (en el que audios revelaron cómo jueces y magistrados del Consejo Nacional de la Magistratura resolvían según sus intereses) pueden ser útiles para promover el impulso de una cultura social de respeto a las instituciones y las leyes que se disperse por todas las clases sociales con igual profundidad.

SOBRE EL LIBRO

Título: “De Montesinos a los Cuellos Blancos”
Páginas: 113
Editorial: Planeta
Autor: Luis Pásara
Precio: S/29

Compártelo