La escritora sevillana Silvia Hidalgo se hizo acreedora del Premio Tusquets por su novela «Nada que decir«. El reconocimiento incluye un monto de 18 mil euros y una estatuilla de de bronce diseñada por Joaquín Camps.
Nacida en 1978, Silvia es ingeniera informática de profesión y se define como cinéfila y lectora. Ha publicado previamente las novelas «Dejarse flequillo» y «Yo mentiría».
«Nada que decir» se impuso en un universo de 672 manuscritos provenientes de diversos países. Este premio ha sido ganado en el pasado por autores de la talla de Evelio Rosero, Élmer Mendoza, Fernando Aramburu, Rafael Reig o Alberto Barrera Tyszka Araujo, entre otros.
En la ceremonia de premiación realizada este jueves se informó que la novela llegará a librerías el próximo mes de noviembre.
El sello Tusquets, perteneciente al grupo Planeta, compartió la sumilla de la novelga firmada por Hidalgo.
Una mujer aguarda en el interior de un coche a que su exmarido acuda a recoger a la hija de ambos, que llora en el asiento de atrás. Mientras cae la lluvia y las figuras se desdibujan iluminadas por los intermitentes, ella está pendiente de su móvil y de una cita con un desconocido. Como un animal desorientado y furioso, se deja llevar por su deseo crudo, sin tapujos, en el que la maternidad, la familia, el trabajo ocupan un lugar secundario. Quiere huir de los espejismos de una falsa felicidad, pero se sitúa ante el abismo de una relación enfermiza, desquiciada, con un directivo de la empresa de su exmarido, un «hombre tumor». Nada que decir confirma a Silvia Hidalgo como nuestra Marguerite Duras: escenas turbadoras, emociones inconfesables y una escritura tersa y brillante, que deja zarpazos.
