Mapa de las lenguas 2024: nombres y libros seleccionados de América Latina y España

Penguin Random House reveló este martes la lista de integrantes del Mapa de las Lenguas 2024, iniciativa que busca acercar autores y títulos fuera de sus países de origen.

Esta campaña de la citada editorial se realiza desde el 2015, y ha permitido que algunos de los más destacados escritores y escritoras de Latinoamérica lleguen a toda la región, a España, y viceversa.

En esta ocasión, por Perú se incluyen a la escritora Rosario Yori y su novela “Infértil” y a su colega, Rodrigo Murillo por “No juzgarás”.

El Mapa de las Lenguas 2024 comenzará su etapa de promoción en febrero próximo. A continuación, la lista oficial según el orden del anuncio:

Diego Zúñiga (Chile) «Tierra de campeones»

Mar García Puig (España) «La historia de los vertebrados»

Ariel Florencia Richards (Chile) «Inacabada»

Gisela Leal (México) «La soledad en tres actos»

Gloria Susana Esquivel (Colombia) «Contradeseo»

Marie Gouiric (Argentina) «Ese tiempo que tuvimos por corazón»

Laura Ferrero (España) «Los astronautas»

Rodrigo Murillo (Perú) «No juzgarás»

Gilmer Mesa (Colombia) «Aranjuez»

Hiram Ruvalcaba (México) «Todo pueblo es cicatriz»

Iván Hochman (Argentina) «Por qué te vas»

Rosario Yori (Perú) «Infértil»

Diego Recoba (Uruguay) «El cielo visible»

HABLAN LOS PERUANOS

Tras la revelación del Mapa de las Lenguas 2024, Rodrigo Murillo señaló respecto de su novela «No juzgarás«:

“Esta es una novela armada en principio en torno a valores y conceptos que encuentro personalmente cautivantes y que me transmiten mucha emoción. Así tenemos conceptos como el de la traición, la venganza, la ambición, el egoísmo, el deseo; y valores contrapuestos como el de la amistad, la esperanza, el amor, la justicia y la piedad. En este marco de elementos, mi novela presenta una historia narrada desde la perspectiva de diversas generaciones, que por momentos –sin embargo—pareciera ser el relato de la vida de un mismo individuo o muchacha que a lo largo de toda su vida está obligado a existir en un continente como el nuestro, que por momentos pareciera degradarse. Y es este escenario que podríamos catalogar de desolador en el que emergen en la cotidianeidad del día a día los pequeños actos que hacen de los latinoamericanos, según mi juicio, héroes muchas veces silenciosos e increíbles, que llevan vidas épicas donde abunda el coraje y la emoción”.

Su novela se editará en todos los países mencionados desde el mes de junio de 2024.

A su turno, Rosario Yori señaló lo siguiente sobre su novela «Infértil«:

“Esta es mi primera novela, una historia que parte de una experiencia muy personal, de un tratamiento de fertilidad que seguí, no sin mucha certidumbre, con tanta convicción, con mi esposo hace unos años, y aborda las emociones que se despertaron en el proceso. Mi historia, sin embargo, es solo un punto de partida, porque la novela comienza a alcanzar matices más universales al adentrarse en el terreno de la ficción. ‘Infértil’ narra la historia de una mujer que se encuentra decisivo de su vida. Está cerca de cumplir 40 años y está quizás frente a la última oportunidad que tiene para convertirse en madre. El reloj biológico no se ha detenido y después de buscar por un tiempo un embarazo natural, recibe un diagnóstico que la pone al borde de un abismo: es infértil. Es decir, no tiene ninguna oportunidad de concebir de manera natural y su única posibilidad de concebir consiste en embarcarse en un proceso médico invasivo, costoso, hormonal, que la puede ayudar a concebir, pero que a la vez la deshumaniza y la interpela. Entonces, la historia empieza con el diagnóstico y sigue con este procedimiento médico que da pie a un proceso reflexivo que lleva a la protagonista a cuestionarse acerca de sus motivaciones, y a revisar eventos de su pasado y de su identidad. El proceso médico que guía la acción de la novela lleva a la protagonista a debatirse de manera interna”.

«‘Infértil’ no solo explora un duelo sobre la maternidad no alcanzada o la culpa por la postergación de la maternidad, sino la pregunta misma sobre la maternidad. Y ese es un espacio que admite zonas grises, contradicciones, un vaivén de emociones y miedo (…) esta novela no tiene afán aleccionador, pedagógico ni busca dar respuestas. Desde pequeña aprendí que los libros no son espacios para plantear respuestas, sino para plantear preguntas. Y eso es lo que me he permitido yo hacer en este primer libro. Plantear preguntas que se despertaron en mí a partir de un evento que me sucedió. Y son preguntas universales, sobre la identidad, sobre la maternidad, sobre el envejecimiento del cuerpo, y finalmente una gran pregunta, sobre la literatura como un medio de trascendencia».

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