Sara Cordón: “Valoro mucho el humor y siempre intento rodearme de gente divertida”

Usó su primer acercamiento a la literatura para crear una divertida e irónica pieza de autoficción. Hablamos de la escritora española Sara Cordón (Madrid, 1983), quien durante su visita a Lima meses atrás conversó con nosotros sobre “Para español, pulse 2”, su primera novela publicada por Caballo de Troya, el sello editorial de Penguin Random House que da oportunidad a jóvenes promesas de la literatura hispana.

La novela cuenta la historia de Sara (símil de la autora), una joven que intenta profesionalizar su faceta de escritora nada menos que en la ciudad de Nueva York. Aunque el relato es casi siempre lineal, Cordón insertó en él una serie de ‘evocaciones’, es decir, momentos en los que el personaje retrotrae a seres importantes del pasado. Su abuela y su padre (ambos muertos) surgirán cada cierto tramo del relato para convertirse en un ancla que desde lo emotivo convierten a esta obra en una propuesta convincente y ciertamente entretenida.

Conversamos con Sara Cordón, quien es además socia de la editorial independiente Chatos Inhumanos de Nueva York. Sobre esa experiencia de publicar en la ‘Gran Manzana’ también trata esta entrevista.

-¿Qué edad tenías cuando publicaste tus primeros libros de literatura infantil/juvenil?

 Recién salía de la universidad, tenía entre 21 y 22 años.

-¿Es muy notoria la diferencia entre esos primeros textos y “Para español, pulse 2”? Hay ese prejuicio hacia la literatura juvenil, se cree es que es algo más fácil…

A mí me parece complicado escribir literatura juvenil. Esos primeros libros que escribí eran biografías de personajes históricos y me resultaba difícil porque tenía que ceñirme a la realidad, pero sin dejar de ser didáctica y entretenida. En cambio, en un libro para adultos uno decide qué ingredientes echar a la receta.

-Al ser este libro del género autoficción, ¿podríamos asumir que tus inicios en la literatura son más o menos iguales de azarosos que los de la protagonista?

Sí, trabajé en España como recepcionista en una escuela de escritura creativa, y esto tenía como parte interesante el estar tan cerca de la literatura, pero al mismo tiempo era frustrante porque me sentía ‘tan lejos’ (risas). Yo intentaba ver qué otras cosas era capaz de hacer en la escuela, pero es comprensible que quienes ocupan las plazas en estos talleres son profesores con un nombre que pueda atraer a estudiantes. Yo no tenía méritos, así que vivía ‘desde el otro lado’ el tema de la escritura.

Sara Cordón nos habla de su novela «Para español, pulse 2».

-Pero te quedaron como opción los talleres (de escritura) online

Es cierto. Al final, cuando me dieron media beca para ir a dar clases a Nueva York comencé también a dictar talleres online. Fue una experiencia muy buena pero, como la ciudad es muy cara, tenía que buscármelas dando muchísimos talleres. Entonces, entre mis clases, corregir y revisar textos de mis alumnos sí que batallé bastante.

-¿Era tu primera vez viviendo fuera de España?

No, ya había vivido en Italia dos años. Mientras hacía la licenciatura estuve un año gracias a una beca Erasmus, y luego comencé un doctorado en España y obtuve otra beca para irme a Italia.

-¿Italia o Estados Unidos se asemeja más a España?

Estados Unidos es un país grande y diverso. El entorno latino que encontré en Nueva York me resultó no sé si más parecido a Madrid, pero sí más familiar que el ambiente en Italia.

-¿Cómo inició tu afición a la lectura?

Había una empresa que ofrecía llevarte a casa libritos una vez al mes. Y mi papá me inscribió para que yo los reciba. Así fue cómo él me hizo aficionada a la lectura. Sin embargo, recuerdo que me llegaba el libro, lo leía en un día y me pasaba el resto del mes desesperada buscando otra cosa para leer (risas).

-Muchos leen, pocos se animan a escribir y menos todavía se atreven a publicar y ser juzgados por terceras personas. ¿Qué te animó a eso?

Por una parte las circunstancias de trabajar en la escuela de escritura. Si no hubiera tenido tan cerca a escritores quizás nunca habría pensado en ser uno de ellos. Por otro lado, mi impulso se dio también gracias a una serie de sesiones de coaching.

-¿Cómo así?

Una amiga trabajaba en una empresa de coaching y me dijo: “hazme el favor, tengo una chica que necesita trabajar”. Acepté y la primera pregunta que me hizo esta joven coach fue: ¿Si pudieras ser lo que te diera la gana, sin ningún tipo de barreras, qué te gustaría? Ahí respondí ¡escritora!

-En una parte de la novela, Sara (la protagonista) dice que quisiera llevar al almacén de la escuela de escritura donde trabaja al profesor (Alejandro Zambra), no para besarlo ni hacerle nada, ¡sino para invitarle las albóndigas que lleva en su táper de comida y mejorarle el ánimo! ¿Cuánto pesa el humor en tu literatura?

Lo valoro mucho. Siempre intento rodearme de gente divertida. No sé si soy buena haciendo humor, pero es algo que me atrae. Recuerdo que con mis primeros libros juveniles pensaba ‘me da igual si son más o menos fieles a la realidad, pero sí que deben parecerles divertidos a los chicos’. Y con “Para español, pulse 2” ocurrió algo parecido. Yo no sabía lo que resultaría, pero tenía claro que quería divertirme escribiéndolo.

La portada de «Para español, pulse 2» de Sara Cordón.

-¿Cómo así terminaste de socia en la editorial Chatos Inhumanos?

Conocí a Ulises Gonzales, el socio peruano, quien tenía un proyecto que me encantaba. Era una revista llamada “Los Bárbaros”, donde publicaban a autores reconocidos como Antonio Muñoz Molina, Lina Meruane, pero a la vez a cualquiera. Y un día me dijo que le mande un texto mío. Yo no lo podía creer. Él no tenía el problema jerárquico de ‘los importantes’ vs. los desconocidos. Mezcla a todos, pero siempre pedía dos cosas: textos buenos y que en alguna parte mencionen a Nueva York. Luego, conversando con Ulises, pensamos la idea de armar una editorial que publique libros de autores que teníamos en nuestro entorno, es decir, hispanos o latinos que escribían bien pero quizás eran desconocidos en el mercado angloparlante. Así que decidimos publicar tanto en español como en inglés en la Editorial Chatos Inhumanos. Y somos cuatro socios.

-¿Has tenido la oportunidad de leer algún autor peruano reconocido internacionalmente?

Soy súper fan de Alfredo Bryce Echenique, precisamente por su humor. Y creo que mi novela tiene ciertos vínculos con “La vida exagerada de Martín Romaña”.

-¿Y de autores algo más contemporáneos?

Leí crónicas de Juan Manuel Robles, cuentos de Alexis Iparraguirre, y ambos me gustan mucho.

-¿Cómo evalúas tu vida en Estados Unidos en medio del contexto social y político que significa tener un presidente reacio a los migrantes como Donald Trump?

Vivo en una especie de burbuja latina que me cuesta traspasar. Trabajo en el departamento de español de una universidad, mis amigos hablan casi todos español, así que mi mayor contacto con la ‘otra realidad’ es a través de mis alumnos. Dicto clases de castellano en una universidad pública del Bronx. Ahí viene mi choque con la realidad, el cual a veces es muy desagradable. Estados Unidos, a comparación de España, tiene una educación muy cara. Incluso la pública. La mayoría de mis alumnos trabajan jornada completa y luego vienen a clase agotados. Soy muy consciente de que mi entorno es totalmente privilegiado porque en el Bronx no hay esa élite que significa la academia estadounidense, sino gente que trabaja mucho y que también a veces sufre discriminación y estos discursos terribles de Trump y algunos políticos.

-Escuchando tu historia noto que te caracterizas por cumplir etapas. Evidentemente hoy debes disfrutar la novela, pero quisiera saber qué vendrá después. ¿Eres de plantearte objetivos a mediano y largo plazo?

Me gustaría seguir en el ámbito literario pero no sé bien qué quiero, lo cual no me resulta desagradable. Me gusta mucho escribir. Me encantaría trabajar en una especie de proyecto colaborativo de escritura. Pienso en esta gente que trabaja guiones para series. Esa experiencia de aportar a muchas personas pero que también estas me aporten a mí es algo que me apetece.

Sara Cordón nos habla sobre la editorial Chatos Inhumanos de Nueva York.
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