Lo primero que destaca en “Modelos peruanas (que se ven peruanas)” es lo bien que está escrito. El primer libro de la periodista, modelo y fashion blogger Adriana Seminario es una correcta mezcla entre conocimientos sobre moda y realidad nacional.
Y es que esta publicación del sello Aguilar profundiza, con un lenguaje claro y aportes de especialistas, sobre el racismo asolapado en el que caemos muchas veces al intentar identificar cuál es la imagen de lo peruano.
“Modelos peruanas” surgió como una tarea universitaria de Adriana Seminario pero hoy es una publicación que, ya lejos del ámbito académico, busca llegar a la mayor cantidad de gente posible.
Desde adolescentes que sueñan con desfilar en Nueva York hasta investigadores que intentan comprender cómo se mueven las principales marcas de moda a nivel nacional e internacional.
Aquí nuestra charla con la autora de esta publicación, ya a la venta en las principales librerías del país y también en Amazon.
¿Hay algún libro que vincule la moda y el racismo que hayas tenido como referente para escribir “Modelos peruanas (que se ven peruanas)”?
No. De hecho, cuando propuse el tema a mi asesor universitario, Juan Manuel Robles, y luego cuando se lo presenté (ya escrito) a mi editor, Jerónimo Pimentel, coincidimos en que nunca se había elaborado un libro como este en nuestro país porque no ha existido una persona en esta posición tan peculiar, es decir, ex modelo-periodista-blogger. Sin embargo, sobre temas relacionados al libro –pero desde otro enfoque– sí han escrito especialistas como Gonzalo Portocarrero, Jorge Bruce y Liuba Kogan.
Abriste tu blog en 2008. ¿Sigue dicho espacio manteniendo los mismos objetivos? ¿Cómo ha cambiado tu manejo de la bitácora en estos casi diez años?
Los blogs son un proyecto particular porque fue algo personal que se convirtió en un tema comercial. Y ha cambiando a la par conmigo. Quizás más desde el año 2010, que ya fue algo un poco más formal y a toda marcha. De hecho, Androgyny fue el primer blog de Street Style en Perú. Yo iba a la calle y documentaba el estilo (de vestir) de la gente en la Lima de esa época. Hoy sí toco otros temas.
¿Cómo ha ido sobreviviendo dicho espacio teniendo en cuenta la curva descendente en popularidad que tuvieron los blogs y el surgimiento de las redes sociales?
En cuanto al blog empecé con Blogspot y hoy estoy en WordPress. En esa época me parecía muy natural (publicar). Quería que la gente lea lo que yo escribía, pero sentía que si lo dejaba solo en el blog nadie lo haría, así que entonces lo posteaba en mi Facebook personal. Así fue como mis amigos y algunos conocidos empezaron a interactuar y a comentarme. Luego abrí una Fanpage y todo creció. Tiempo después vendría Instagram y ahora un canal de YouTube.
¿Si tenemos en cuenta ese inicio, el libro es una despedida o más bien un nuevo impulso?
Es un nuevo impulso porque antes de fin de año me voy a vivir fuera del Perú y tenía al libro como meta. Me hubiera dado mucha pena dejar colgado un proyecto como este. Además, normalmente los autores llegan a una editorial con muchos papeles, con un mamotreto, pero “Modelos peruanas” ya estaba casi listo para publicarse.
Si bien el libro tiene la temática del racismo asolapado, también hay mucha información sobre la industria de la moda. Fue inevitable…
Claro. Lo escribí con una intención determinada. Sabía que no todos están familiarizados con el mundo de la moda. Así que no quería un libro exclusivo ni que parezca lejano. Sé que mucha gente ve dicho mundo así, por lo que busqué aterrizar el tema lo máximo posible.
Trabajaste el libro inicialmente en tus ciclos finales de la UPC. ¿Qué fue lo más difícil de ese proceso que te tomó un año? ¿La recolección de fuentes o el proceso de escritura?
Es básico elegir bien tu tema. Hay gente que elige grandes temas pero no tienen forma de llegar a las fuentes, por lo que a mitad del proceso cambian. En mi caso, tuve mis fuentes bastante bien mapeadas. Quizás la única lejana era Juana Burga, porque ella no vive en el Perú hace años. Vive en Nueva York y viaja mucho. Así que, en ese caso, incluí lo que conocía sobre ella y algunas entrevistas breves que le pude hacer vía Skype.
¿La aparición de modelos peruanas en pasarelas internacionales responde a que estamos haciendo bien las cosas aquí o simplemente a una necesidad de diversidad por parte de la industria?
Es una respuesta a lo que ocurre globalmente. Nos guste o no, somos parte de una comunidad global y casi todos los interesados en moda (en Lima) están colocados en redes sociales. Entonces, las industrias de afuera, sobre todo en Nueva York y París, han comenzado con un tema de diversidad. Están de moda las modelos de la India, de Medio Oriente. Y eso aparece también en las publicidades, se vuelve masivo. La gente se acuerda de (United Colors of) Benetton, pero en realidad esa corriente fue hace años ya. Yo te hablo de hoy.
En la presentación de tu libro estuvo presente el viceministro de Interculturalidad. ¿Qué te genera que tu libro haya motivado tantos comentarios que hasta el Ministerio de Cultura se involucró?
Sí. Fue todo el equipo del Ministerio de Cultura. Creo que eso habla bastante bien de ellos porque estamos ante un tema honesto que la gente no suele tocar mucho, ya sea por vergüenza propia, ajena, o porque simplemente tienen miedo de ofender a alguien si hablan al respecto. La asistencia del viceministro fue perfecta.
Si hablamos de publicidad, ¿en algún momento se recurrirá únicamente a modelos con rasgos peruanos o crees que prevalecerá la búsqueda de un balance?
Creo que se mantendrá un equilibrio porque, lamentablemente, las marcas también responden a un mercado. Esa es una reflexión de mi libro. Es cierto que el mercado está acostumbrado a ciertas cosas y cambiar el chip es complicado, toma varias generaciones.
¿Es más difícil la transición de modelo a Miss o viceversa?
Creo que es más difícil de Miss a modelo. Viceversa, no tanto, y hay varios casos como Natalie Vértiz o Nicole Faverón.
¿Se ha ido relativizando el término ‘modelo’? Por ejemplo, muchas ‘chicas reality’ hoy se promocionan en eventos como ‘modelos’…
En buena parte es culpa de los medios. Entiendo que los periodistas y las producciones de programas tienen un montón de temas que tratar y a veces presentan a una chica como ‘modelo’ sin serlo. Figuras televisivas, ‘chicos reality’, todo bien con ellos, pero no son modelos. Modelos son las que ves, por ejemplo, en Lima Fashion Week. Se trata de gente con el conocimiento de cómo posar una prenda, cuál es el ángulo, y más.
¿En el exterior se tiene una idea de lo que es una ‘modelo peruana’?
No. Juanita Burga es el único referente. A ella le ha ido muy bien, ha sido portada en “Vogue”. Lamentablemente no hay muchas más que hayan logrado lo mismo que ella en la actualidad.
¿Cuánto influyen las madres en el proceso de formación de una modelo? Son ellas las que llevan a sus hijas a las primeras audiciones, incluso aún siendo adolescentes…
Influyen bastante. Acá en Perú no hay agentes. Básicamente tu mamá es tu apoyo y tu guía para esto, porque también hay ciertas cosas muy duras en el mundo de la moda. Como mamá siempre preguntas quién es (el que quiere contratar a tu hija), qué hará, qué se pondrá (ella), quién la maquillará. Eso es absolutamente normal.
En tu libro enumeras varias falencias de profesionalismo en algunas modelos nacionales. ¿Crees que esto se mantenga en el futuro o va a cambiar?
Creo que va a mejorar mucho esto. De hecho, las chicas que salen hoy son muy jóvenes y en su mayoría salieron del concurso Elite Model. Ellas tienen muchas ganas de aprender, trabajar, y buscan ser las elegidas. Lo que pasaba antes (que son los ejemplos que aparecen en el libro) es que no había mucha rotación, entonces, si no tienes a otra chica, debes usar las mismas y ocurren los problemas.
En el ámbito del fútbol se dice que los jugadores tienen un tiempo de vida profesional…
Pasa exactamente igual con las modelos. En Perú, por ejemplo, puedes modelar hasta los 30 años. Y afuera, como modelo, hasta los 24 años. Pero si tienes otras habilidades sí puedes perdurar más tiempo. Por ejemplo, la agencia en la que está Juanita Burga no solo es modelaje sino también talento. Puedes ser actriz, cantante, o apoyas una iniciativa humanitaria. Eso extiende tu carrera.
¿Por qué crees que no funcionó “Peruvian Next Top Model” en la TV local?
Quizás los peruanos estamos acostumbrados a cierto tipo de televisión en señal abierta y este programa no cumplía para nada con ese formato. No era lo que la gente estaba acostumbrada a ver como ‘modelos’. Algunos asocian la palabra modelo a mucha ‘carne’. Quizás esto hizo que no le vaya muy bien al programa.
¿Crees que hubiera funcionado en un canal de cable?
De pronto un poco más. En señal abierta fue una jugada muy arriesgada.
¿Cuál es el aspecto más duro en este mundo de la moda que debe tener en claro una adolescente que quiere dedicarse a esto?
Debes tener buena disposición para aprender. No existe un manual que diga cómo ser modelo. Tal vez la rapidez con la que debes entender la dinámica de las cosas. Por ejemplo, ahora en el LIF Week llevé a todo mi equipo del blog, y les intentaba decir ‘tranquilos, si les parece rápido, tranquilos’. Ellos me dijeron ‘no pasa nada’, pero al tercer día estaban locos. Las chicas deben tener claro que en este mundo todo se mueve demasiado rápido. Sin embargo, una vez que entras a la ola y te gusta, puede salir adelante.
Las hermanas Hadid o Kendall Jenner, a las que vemos básicamente aquí por sus fotos en Instagram, ¿tienen mucho profesionalismo para poder mantenerse en la elite del modelaje?
Claro. Yo sé que hay mucha polémica y crítica hacia ellas. De hecho, algunas modelos ‘tradicionales’ no las ven muy bien, pero sí, existe un nivel de profesionalismo muy alto de su parte. Las campañas y el ritmo de trabajo es muy fuerte. A veces solo se ven los resultados de la campaña pero detrás hay un trabajo complicado y de varios días.
Y además tienen un equipo detrás…
Sí, cada una tiene su mánager y un equipo con el que deben trabajar. En el caso de Kendall, por ejemplo, está la mamá Kris Jenner, y varias otras personas siempre cerca.
Durante el trabajo que realizaste para este libro, ¿cambió mucho tu idea de lo que es verse peruana?
Sí. Tenía esta duda inicial cuando comencé: tampoco significa que una persona rubia y con ojos claros que nació aquí no sea peruana. Sí lo es. Pero hay un tema de representatividad de la identidad peruana y de lo que vemos en la publicidad. Hoy vienen cambiando las cosas, como por ejemplo con la portada de Saga Falabella con Magaly Solier. Esos son hitos. Y lo notas en la reacción de la gente.
De hecho este no va a ser tu único libro. ¿Te gustaría que los siguientes también tengan este estilo periodístico?
Sí. Este estilo narrativo es el que más me gusta, el periodístico, de investigación, de sustentar ideas. Sé muy bien que la naturaleza de los blogs a veces es muy fútil. Pero por mi background, me gusta ser académica y rigurosa con la información que publico porque eso es lo que al final te da peso y relevancia dentro de toda la gente que podría escribir de un mismo tema.
¿Qué tema te suena interesante para un próximo libro?
No sé si ya de moda, pero quizás sí algo relacionado a la mujer en la sociedad peruana actual. De hecho, yo soy activista. Creo que estamos en un punto de quiebre en el tema y me parece súper interesante documentarlo. “Modelos peruanas” no busca decir ‘esto es así’, sino más bien mostrar una fotografía del momento (2015-2017). He tratado de plasmarlo para la posteridad, para que cuando alguien lo lea en el futuro vea cómo fueron las cosas en este momento de nuestra historia.
Algo que me llamó mucho la atención en tu libro fue el alto nivel de profesionalismo de tus entrevistados. ¿Es un requisito fundamental para seguir tantos años en la moda tener las cosas tan claras?
Definitivamente. La mayoría de mis entrevistados son gente mayor, que está en la moda por años. Efraín Salas, Fernando Torrejón. Perdurar a lo largo del tiempo en una misma industria es complicado pero, sin duda, les brinda peso suficiente para convertirse en un testimonio del libro.
El libro tiene un pie entre la pasarela, la academia (universidad) y la calle…
Sí. Esa fue mi intención. Quise un libro inclusivo al que la gente pueda acercarse sin la idea de ‘ay, es moda’ para ‘gente frívola’. Yo lo sé, he vivido esto. Me dicen ‘tú trabajas en moda, eres fashionista’. Pero esto es mucho más que eso. Así que el libro también es una forma de sacudir un poquito estos prejuicios.
¿Algo pendiente que desees agregar sobre tu libro?
Mi libro no es un determinante de nada, sino una invitación a vernos a nosotros mismos, a asociarnos más con quienes somos rumbo al bicentenario de nuestra República. En este momento, cómo estamos y cómo nos vemos internamente y a nivel de Latinoamérica. ¿Dónde estamos parados? Eso quise responder.