Aunque nada en este país es tajante, no faltaríamos a la verdad si dijéramos que un importante sector de peruanos conoce a Pedro Suárez Vértiz (PSV). Sobre ese hecho también podemos señalar que una porción de estos siente respeto o admiración hacia él. En este último grupo debe incluirse, por supuesto, a sus fanáticos. Muchos de estos tal vez nunca lo vieron cantar sobre un escenario sino solo en videos de YouTube.
¿Cómo se explica que, varios años después de haber dejado de cantar, PSV siga siendo un personaje popular en redes sociales y con cabida en los medios de comunicación? Esa popularidad aparentemente inacabable explica, además, la expectativa que generó su musical (“Cuéntame”) y el lanzamiento en la última Feria Internacional del Libro de Lima de “La vida me sabe bien”, una autobiografía ilustrada del multifacético artista que hace poco cumplió 50 años.
El texto –ilustrado sobriamente por Omar La Hoz– transita la infancia, adolescencia y adultez de un referente del rock nacional a lo largo de las últimas décadas. La importancia que tuvieron sus padres en el proceso de edificación de un chiquillo feliz, lo esencial que la música fue en su construcción como adulto, y los hechos que le permitieron descubrir el significado de dos términos fundamentales para cualquier ser humano: la amistad y el amor.
Algo que trasluce con suma facilidad al revisar las páginas de “La vida me sabe bien” es lo mucho que la industria musical ha cambiado en los últimos años. De aquellos discos de platino que se llevaba PSV al vender sesenta mil copias de sus álbumes, hoy queda casi nada. En la era de iTunes y Spotify, y con una piratería que ha evolucionado a formas insospechadas, son otras las formas que los artistas del presente tienen para conectarse con sus seguidores.
“Un vino, una cerveza”, “Rapta la mona”, “Cuéntame”, “Talk Show” o “Degeneración actual” son algunos de los temas que PSV perennizó en la memoria musical de miles de peruanos. En “La vida me sabe bien” el autor reflexiona sobre su exitosa carrera esquivando sutilmente lo pretencioso o la falsa humildad. “Creo que el éxito es 50-50”, refiere. Para explicar esto recuerda el mágico equipo que lo acompañó a recorrer cada rincón de un país en crisis, y posteriormente a dar el salto a España, México y otros países de la región.
En este tramo aparecen personajes como el visionario productor Manuel Garrido Lecca o el talentoso manager Rabelo. A su manera, cada uno aportó ingredientes para una fórmula exitosa, capaz de producir temas “que traspasen la barrera del tiempo” (como lo menciona el propio PSV).
Hoy PSV no puede cantar más, pero eso no ha sido un obstáculo para que sus fanáticos lo tengan presente en sus vidas de diversas formas. Basta leer sus posteos en Facebook sobre los partidos de la selección de fútbol, recordando alguna anécdota de su carrera musical o simplemente hablando de su familia, ese soporte que lo respaldó en las buenas, pero fundamentalmente en las malas.
SOBRE EL LIBRO
Título: “La vida me sabe bien”
Autores: Pedro Suárez Vértiz y Omar La Hoz (ilustración)
Editorial: Planeta
Precio: S/59
A la venta en: librerías del país.