Ernesto Moreno Ampuero: «Nuestro pasado está lleno de mitos, pero también de olvidos»

Dueño de una memoria privilegiada, el historiador Ernesto Moreno Ampuero (Lima, 1985) ha publicado un muy interesante libro titulado ‘Crónicas del fútbol peruano: Sucesos memorables 1953-1977’.

En 29 relatos, el también columnista de ‘El portal celeste’ nos remite a varios de los momentos futbolísticos más felices de la segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo, la publicación –perteneciente a ese selecto grupo de libros que indagan en la que para muchos fue la época de oro de nuestro balompié—también recoge derrotas, goleadas y profundas decepcionesprotagonizadas bajo el amparo de la camiseta ‘blanquirroja’.

De la misma forma, en las páginas de ‘Crónicas del fútbol peruano’ el lector podrá encontrar gratos recuerdos de aquellas ocasiones en que grandes figuras del fútbol mundial pisaron el viejo Estadio Nacional.

Pelé, Di Stéfano , Beckenbauer, Yashín, Maldini y otros se midieron ante los valores peruanos de su generación para beneplácito de miles de aficionados. Varias de las escenas descritas por Moreno Ampuero parecen hoy inconcebibles.

Conversamos brevemente con este joven investigador. Su publicación es altamente recomendable para los verdaderos fanáticos del fútbol que buscan ir más allá del análisis que puede generar un partido más del fin de semana.

-Tu libro incluye una investigación entre 1953 y 1977. ¿Cuál sería tu once ideal conformado por jugadores de ese periodo de tiempo?

A ver, como arquero tendría que ir Rafael Asca debido a que él es protagonista de los primeros grandes triunfos internacionales de nuestro país. Es una figura quizás poco valorada. Como centrales estarían Héctor Chumpitaz y Orlando La Torre o Guillermo Delgado. De lateral izquierdo pondría a Nicolás Fuentes, uno de los mejores en su puesto. Como lateral derecho el ‘Doctor’ Eloy Campos. Ya en la volante, de hecho tendría que estar el ‘Conejo’ Benites y Alfredo Quesada, un símbolo de los setentas. En cuanto a la volante de creación consideraría a Cubillas y quizás también a Roberto Challe. Finalmente, como delanteros a Alberto Gallardo, un jugador que anotó goles en todos los torneos que disputó. Y junto a él pondría a ‘Perico’ León. Aunque, claro, con grandes suplentes.

-¿Por qué escribiste este libro sobre historia del fútbol peruano?

En estos tiempos donde lamentablemente no nos está yendo muy bien, donde la mayoría de la crítica no está del todo consolidada y circulan muchos mitos sobre que Perú fue grande o Perú fue nada, mi idea era reconstruir nuestro pasado futbolístico e ilustrar al aficionado, recordar un poco estos gratos (e ingratos) pasajes. ¿Por qué estamos como estamos? La reflexión la debe hacer el propio lector tras leer el libro.

-¿Te fue un poco difícil desprenderte de tu hinchaje ‘celeste’ al momento de escribir estas crónicas?

De hecho, sí, soy hincha de Sporting Cristal pero eso no ha mellado la objetividad con la que traté de escribir este libro. Aunque hay que reconocer que los tres clubes más importantes son Alianza Lima, Universitario y Sporting Cristal, un club que para mí a veces es algo olvidado y creo que a la par que los ‘Compadres’ tuvo muy buenos momentos, aportó al fútbol nacional y, si bien no trato de hablar más sobre Cristal, sí trato de recordar un poco más lo que dicho club hizo en sus inicios. Es una institución que desde su fecha de creación ha sido seria y trató de hacer siempre las cosas bien.

-En el libro hay mucho sobre fútbol pero no tanto sobre la situación económica de los clubes de antaño. ¿Cuál fue la evolución de los equipos peruanos sobre el tema en estas tres décadas?

La información a la que he tenido acceso habla de que no hubo salarios desproporcionados. Fuera de contexto, todo fue acorde a la realidad económica de país. La primera parte de la historia de nuestro fútbol es amateur. Se recibía una propina (como sueldo) y se trabajaba en otras labores. Justamente, me parece interesante el comentario de Jaime Pulgar Vidal quien decía que (en un inicio) no fueron los clubes quienes formaron a los jugadores sino los colegios. Quizás sí me faltó un poco más ahondar en ese tema y te agradezco la pregunta.

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-Otro detalle muy importante que mencionas es la intervención política de los gobiernos de turno sobre el fútbol, más que sobre otros deportes en general.

Al ser el fútbol una pasión de multitudes, al ser la década del cincuenta y del sesenta años de esplendor del balompié nacional, donde hubo una fuerte base social –eso se puede comprobar con las asistencias a eventos como  ante Inglaterra, España, las Eliminatorias, el Preolímpico, etc—esto fue aprovechado por los gobiernos de turno que buscaban obtener legitimidad. Nuestra historia está marcada por las dictaduras (Odría, Velasco y otros). Esa fue la evolución: poco a poco (el fútbol) se fue dejando de lado y justamente ese abandono del Estado hacia el deporte va explicando el presente. Muchas veces la prensa se queja porque los gobiernos no invierten lo debido pero la evolución ha sido esa, abandonar el deporte porque dejó de traer réditos políticos.

-También hablas de la violencia, una marca negra que acompañó casi siempre a este fútbol primero amateur y luego inicialmente profesional.  Las acciones del público que no sabía perder y las tragedias en los recintos deportivos. Lamentablemente, hablamos de un lastre que no ha desaparecido sino que ha mutado o evolucionado hoy.

De hecho, las épocas cambian pero los hechos se mantienen. La violencia viene siendo un elemento constitutivo del fútbol. Estamos ante un deporte que genera pasiones, pero estas, al ser mal llevadas generan tragedias como la del año 1964, en la que murieron más de 300 personas. Y las causas no están solo en el ámbito futbolístico sino también en el político. Por esto el año pasado escribí un artículo, a raíz de los 50 años de la tragedia que te menciono, donde hacía un recuento de estos grandes escándalos que pudieron terminar en tragedia. Felizmente no llegaron a tal punto pero sí la violencia, los hinchas metiéndose la cancha para perseguir a los árbitros, la falta de seguridad…

-Todo eso puede simbolizar lo artesanal de nuestro fútbol.

Así es. Luego ya en los noventas se hablaba de la consolidación de las barras bravas. Algunos adultos mayores dicen que antaño no era así pero la investigación contradice esto. La violencia siempre fue parte del fútbol. Está, además, el tema del racismo. En los setentas se insultaba o se hacía gemidos de simio al ver correr a un jugador de color, no sé, el tema de la reventa o cosas así.

En varias páginas mencionas la palabra ‘gitanería’, aunque algunos la ven casi como una ofensa. ¿Qué hechos específicos de la historia de nuestro fútbol los vinculas tú con esta etiqueta?

Te doy un ejemplo: el Sudamericano de 1953 en el cual Perú inauguró el nuevo Estadio Nacional, con iluminación artificial, la más potente de la época. En este torneo teníamos la gran chance de salir campeones, teníamos un buen equipo, sin embargo, comenzamos perdiendo contra Bolivia, un país por entonces anónimo en el fútbol. Dos partidos después tuvimos el primer gran triunfo histórico contra Brasil. Es así como se explica esta ‘gitanería’. Finalmente, teníamos la chance de salir campeones ante Uruguay, un país que venía de salir campeón mundial. Lamentablemente perdimos 3-0 y nuestros sueños de grandeza se esfumaron. Te pongo este caso para que veas que éramos un país muy irregular, más de inspiración.

-Tu libro abarca tres décadas (cincuenta, sesenta y setenta). Si tuvieras que calificar cada una de ellas con una sola palabra, cómo lo harías.

Para mí la década del cincuenta es de la inspiración. La del sesenta fue de la improvisación, donde los logros no se dieron por no poder contar con los mejores jugadores de la época, pero –paradójicamente—esto dio resultados en la década del setenta. Me explico, al no poder contar con los mejores futbolistas (del exterior) se debió recurrir a los del torneo local. Esto generó que con dos eliminatorias encima, en los setentas encontremos jugadores más cuajados. Por eso considero que la década del setenta es para mí la de los éxitos, aunque no necesariamente buscados.

-Mi impresión es que los recuerdos gratos son mayoría en tu libro. ¿Fue tu intención hacer un libro de recuerdos felices?

No necesariamente fue mi intención. Nuestra historia tiene recuerdos buenos y malos. Por eso también trato de compensar. Hablo del 5-0 versus Chile en 1953 producto de la Copa del Pacífico pero también menciono que el primer partido de dicho torneo lo perdimos y fue la primera vez que caímos ante dicha selección en Lima. Si bien hay en el libro algo de optimismo, lo hice sin dejar de lado de que nuestra historia tiene etapas negras y grises. No busqué vender al Perú como una potencia y no podemos vivir solo del recuerdo de México 1970. Por eso considero que una frase que engloba esta obra es que nuestro pasado está lleno de mitos pero también de olvidos. Y es bueno recordar qué fuimos para saber hacia dónde vamos.

-Viendo la actualidad. ¿Eres optimista sobre el futuro de la selección o crees que van a pasar otros 33 años más para llegar a un Mundial?

De acuerdo a como se están dando las cosas, pareciera que con el cambio de mando en la Federación Peruana de Fútbol se quiere retomar el rumbo o hacer un cambio. Obviamente la solución pasa por un trabajo de menores que para mí es el punto de quiebre de nuestro retorno a un Mundial. Eso es fundamental, aunque no es algo rápido sino un proyecto. En dos o tres mundiales no veo a Perú si es que no se dan los cambios necesarios.

IMPORTANTE:

La compra del libro se coordina directamente con el autor al celular 959105128 o al correo electrónico historiatradicionyfutbol@hotmail.com. La página web de Ernesto Moreno es www.historiatradicionyfutbol.blogspot.com

*Publicada el 9 de marzo de 2015.

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