Exactamente un año después de conversar con Alonso Cuetosobre “La viajera del viento”, novela con la que cerró “Redención”, su exitosa trilogía sobre violencia política, nos encontramos con él nuevamente en su vivienda de Miraflores. Esta vez nos recibe en su nutrida biblioteca. Almendra, una bella Golden Retriever que tiene como mascota, logra interrumpir nuestra conversación dos veces, aunque está lejos de ser considerada una presencia incómoda.
El autor nacido en 1954 viene recuperándose de una operación que, debido a incidentes inesperados, hizo temer lo peor durante algunos minutos. Para felicidad de sus miles de seguidores, todo indica que hay Alonso Cueto para rato. Y la publicación de “La segunda amante del rey” confirma eso.
Esta novela, publicada por Literatura Random House y que será presentada el domingo 30 de julio julio a las 6 p.m. en el auditorio Abraham Valdelomar de la Feria Internacional del Libro de Lima, revela hasta dónde es capaz de llegar el ser humano para no perder su status.
Lali, esposa de un exitoso empresario llamado Gustavo Rey, busca evitar a toda costa que este sea feliz con su joven y bella amante (Josie). En dicho propósito se despoja de sus escrúpulos. Pero no está sola. La narración incluye una valerosa detective y un gigoló astuto, entre otros personajes conjugados de forma bastante interesante por Cueto.
Aquí nuestra charla con Alonso Cueto sobre “La segunda amante del rey”.
-Algunos autores esperan con ansias reseñas o críticas literarias sobre sus novelas o libros de cuentos. A estas alturas de su trayectoria, ¿cómo toma usted las críticas y comentarios sobre sus obras?
Las críticas siempre le aportan a un autor, pero a veces no son tan críticas sino más bien ataques, y esos yo no los tomo en cuenta. Pienso que un escritor siempre se siente afectado por una crítica por más experiencia que tenga, porque cuando alguien escribe revela algo esencial de uno mismo, un aspecto hasta entonces oculto. Como ya he dicho antes, (al escribir) estás negociando con tu inconsciente y expresando una verdad muy profunda de ti, con toda la autenticidad posible. Así que uno siempre es sensible a la reacción que los demás tienen de esa expresión tan esencial por parte de los autores.
-Una de las partes iniciales de “La segunda amante del rey” presenta una descripción de Johnny Depp, un actor bastante contemporáneo y que podría considerarse pop. Esto me hace preguntarme cuáles son las fuentes creativas de Alonso Cueto…
Ahí estoy entrando en la cabeza de un personaje que tiene un conocimiento de la cultura popular y relaciona a quien luego sería su novio con Johnny Depp. A mí no me interesa para nada el actor, pero, –en atención a lo que a mi personaje le puede interesar—es que hago estas referencias. Un escritor debe hacerle caso a sus personajes porque estos deben ser lo más auténticos, sinceros y verdaderos posibles.
-En la boda de la sobrina de la protagonista (Lali), ella y Gustavo Rey (su esposo) ven pasar a una serie de familias acomodadas económicamente, en lo que puede verse como una suerte de exposición de una debacle conyugal en primera fila, porque ambos están en crisis. ¿Cree que escenas como estas podrían repetirse en las clases denominadas ‘bajas’?
A mí me interesa este personaje de Lali, que llega a una clase social alta y ve este espectáculo en el que se despliega un mundo de apariencias y artificios. Ese es el mundo que ella teme perder cuando su marido le dice que se ha enamorado de otra mujer. Probablemente en las clases medias y bajas también hay fiestas donde se muestran apariencias y deseos. Sin embargo, sí me parece terrible lo que ocurre en la clase alta limeña, porque creo que está ajena –en general—a lo que ocurre en el resto del país, vive de espaldas, y tiene una enorme pretensión de mostrar o aparentar. Actualmente vengo escribiendo una novela sobre La Perricholi y pienso que las cosas con el tiempo no han cambiado mucho aquí. Antes había peleas por ver quién tenía la mejor calesa y hoy pasa lo mismo pero con los autos. Entonces, de las calesas a los autos, y de las joyas y los vestidos de ayer, a las prendas de hoy, Lima no ha cambiado tanto.
-Algo que llama mucho la atención de Lali de Rey es su soledad. Más allá del dinero de su esposo parece no estar acompañada por nada más. ¿Cómo concibió a este personaje?
Es cierto. Incluso cuando ella ve a sus amigas, tampoco son sus amigas. El único vínculo que tiene con la realidad es su madre, y está enferma, ausente. La soledad del personaje para mí es un poco consecuencia de su ambición y obsesión.
(El booktrailer de “La segunda amante del rey”)
-Hablemos de los personajes secundarios. Cuando Claudio (gigoló) conoce a Josie (amante de Gustavo) ocurren una serie de hechos sucesivos que para el lector generan una sensación de cascada. ¿Siente lo mismo el escritor mientras concibe esta situación?
Es cierto. Hay un momento en el que la historia avanza a toda velocidad y el escritor se siente parte de ese proceso de acontecimientos. En realidad, lo primero que tiene en mente el autor es la premisa: una esposa decide contratar a un amante extranjero para seducir a la novia de su marido. Después ese hecho lleva a otros y en algún momento todo el proceso avanza y eso es parte de la velocidad con la que uno escribe.
-En un momento el narrador dice lo siguiente sobre Lali: “La seguridad un marido, una casa y un futuro de gimnasio, viajes y reuniones con amigas. Una vez más cada objeto fijo en su lugar. Ninguna fulana iba a entrar allí”. ¿Esto es una especie de añoranza por lo ideal?
Por lo ideal pero también por una sociedad inmóvil. La añoranza de mucha gente de la clase alta es que no se mueva nada para que las cosas sigan donde están y donde ellos tengan privilegios.
-El miedo a perder esto desata locuras en Lali…
Sí, locura y pánico. Ella viene de un mundo de la clase media baja, de una familia de Magdalena. Sabe lo que ha sido ascender, encontrar esto gracias a su matrimonio, y lograr que su nueva casa, sus cosas, la protejan de su pasado.
-El gimnasio es un espacio bastante presente en su novela. Y vivimos en una sociedad muy pendiente del cuidado del aspecto físico, detalle que a su vez quizás esconde algunas carencias…
En la sociedad actual hay una búsqueda del cuerpo perfecto. La penitencia de las dietas, los gimnasios como templos y los milagros de las cirugías plásticas avalan la idea de un ‘culto religioso’ al cuerpo. Eso es algo que forma parte de un mundo en el que los valores y la moral se han perdido, siendo reemplazados por un culto a la materia física.
-Una vez leí una novela y pensé “este es el manual del amante perfecto”. Cuando usted termina una historia, ¿llega a pensar ‘quiero que el lector se quede con esta idea’?
Nunca busco que el lector se quede con determinada idea. Una novela está hecha para hacerse preguntas, para sembrar dudas, no para dar respuestas, lecciones, moralejas o interpretaciones. Me parece que las novelas existen precisamente porque no sabemos cómo explicar las cosas.
-Finalmente, ¿qué lo motivó a presentar este libro a través de un booktrailer?
Es algo que se hace mucho en el mundo de habla inglesa, con libros que salen en Estados Unidos. Mi hijo Esteban tuvo la idea y consiguió muy buenos actores. Y el resultado fue bastante bueno.