Pablo Sandoval: «Si un libro no está en librerías o en portales web de ventas, no existe»

Desde su sitial académico, el Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos dinamiza año tras año la producción del conocimiento en formato escrito. Lo hacen no solo publicando textos de sumo interés como “Guerra y democracia”, bestseller del historiador e investigador Eduardo Toche (del cual sacaron hace poco una nueva edición), sino también abriendo otros caminos.

Uno de estos tiene que ver con el lanzamiento de la Colección Siembra Tesis Sanmarquinas, iniciativa cuyos primeros títulos resaltan por su variedad y la frescura de sus temáticas. Destacan, por ejemplo, «Nación fantasma. Ciencia ficción en la novela peruana (1917-1984)» de Elton Honores, «Mercado literario y posmodernidad. Un análisis de dos novelas de Mario Vargas Llosa«, de Carlos Arámbulo y «Las primeras alcaldesas. Las historias de Dora Madueño y Alicia Cox» de Carlos Alonso Bedoya.

Para hablar algo más en profundidad sobre esta ambiciosa colección, conversamos durante la última Feria Internacional del Libro de Lima con Pablo Sandoval López, Director General de Biblioteca y Publicaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Desde que asumió su cargo, el antropólogo ha liderado una serie de cambios con el objetivo de expandir la influencia del Fondo dentro y fuera del ámbito académico. La Colección Siembra es muestra de ello, pero también otras publicaciones de las que también dialogamos a continuación.

Mi primera pregunta tiene que ver con la iniciativa que han tenido de publicar las tesis producidas en su Casa de Estudios. ¿Hay mucho material, han tenido de buscar, contactarse, o los han buscado? Cuénteme cómo ha sido el proceso de Colección Siembra Tesis Sanmarquinas.

Para nosotros una línea muy importante es prestigiar vía la publicación de un libro, porque ya la tesis sustentada es una primera fase muy importante, claro, pero la que te menciono sería una segunda. Y nos resulta clave este valor agregado. Los mecanismos han sido varios, y uno tiene que ser flexible con los procedimientos, aunque hay una clara línea también. A veces los propios autores y autoras se acercan al Fondo Editorial para plantear la posibilidad de la publicación. Otras veces han sido los asesores quienes sugieren al fondo la necesidad de publicarlas, o en ocasiones vía formal por el correo electrónico oficial, siguiendo el procedimiento de publicación que tiene cualquier editorial. Entonces, más allá del procedimiento, lo importante para nosotros es que cada una de estas tesis tiene una validación previa, que ha sido el jurado de tesis, que siempre les ha puesto una alta calificación, incluso en todos los casos con recomendación de publicación. Así que, para nosotros como Fondo, el filtro de la calidad académica ya está garantizado. Lo que no quita que una vez entregado el manuscrito como tesis pase por un proceso editorial de transformación, que tiene un formato inicial, claro, al de un libro, lo cual ya es parte de nuestro trabajo.

A eso iba. En las bibliotecas universitarias uno encuentra tesis en tremendos ‘empastados’, con tipo de letra especial, espacios, etc. ¿Cambia mucho la presentación entre ese texto que le menciono y los libros, más bien accesibles, que ustedes están publicando ahora?

Sí, y eso es algo que nosotros como Fondo lo tenemos claro. Porque una cosa es presentar la tesis ante un jurado, que debe tener ese tipo de rigor, formal y académico, y otra cosa es hacerlo ante un público mucho más amplio, en gente que no necesariamente está interesado en tu marco teórico y/o metodológico. No lo niego, también la hay, pero es un público más vasto, y yo creo que los autores de las tesis lo entienden. Ahí, pues, el diálogo y la coordinación ha sido muy creativa, y el resultado son las siete tesis que vamos publicando siguiendo ese proceso editorial hasta hoy que me entrevistas.

¿Cuál sería el denominador común de las tesis ya publicadas en la Colección Siembra Tesis Sanmarquinas?

Uno es la frescura de los temas que se están planteando, que yo creo que un poco grafica la variedad temática y de los perfiles académicos de los estudiantes y egresados, tanto del pregrado como del postgrado de San Marcos. Porque publicamos desde tesis de licenciatura, hasta de doctorados. En algunos casos estas últimas las hemos tenido que recortar porque eran demasiado extensas, y los autores en estos casos han sido muy flexibles con eso. En resumen, pienso que la variedad temática de la colección refleja la variedad temática propia de nuestra universidad.

Hasta la FIL Lima 2024 se tenían ya publicados siete libros, pero cuál sería el plan para lo que resta del año y luego los próximos…

Nuestra meta es cerrar el año con unos 10 o 12, pero sobre todo proyectarnos para 2026, aumentando el número de títulos a 20 aproximadamente. Es un objetivo que nos hemos planteado y estamos desde ya trabajando en eso.

Y esto también puede ser un aliciente para los estudiantes que están por terminar sus carreras en el breve plazo…

Sí, es muy importante no solo para las metas del Fondo, sino también para los propios egresados de San Marcos. Para ellos, sobre todo para los tesistas más jóvenes, es muy importante iniciar su carrera con su tesis publicada. Ya luego vendrán otros productos académicos, como la tesis de Maestría, de doctorado o libros que escriban fuera del formato de tesis. Pero sí, para nosotros es muy importante apoyar al egresado joven sanmarquino con estos libros.

Pasando a los libros fuera de esta colección, es decir, a las publicaciones en general. Lo primero que uno imagina es que, al ser una Casa de Estudios tan grande, con tantas facultades y áreas, cada una de estas publica sus propios libros. Desde que usted asumió el puesto, ¿ha intentado agrupar todo esto? ¿Qué dificultades ha identificado?

Hay dos cosas aquí. Primero, el Fondo Editorial tiene la obligación de publicar libros de todas las áreas del conocimiento. Por cuestiones de tradición o formas de producir, son usualmente las áreas de Letras, Humanidades y Ciencias Sociales, en menor medida Administración, Derecho e incluso Ciencia Política, las que más producen manuscritos. Porque nosotros publicamos libros y no revistas. Y en menor medida está Medicina, que también tiene a sus médicos intelectuales que también producen libros, tanto de sus áreas de conocimiento, como de sus reflexiones médicas, y lo que estamos por enfatizar más son los manuscritos escritos por profesores o autores externos a San Marcos en otras áreas, como Ciencias Básicas, Física, Biología. Y ahí tiene que ver cómo el mercado editorial se ha fragmentado. Están, por un lado, los que siguen produciendo libros, esa es su meta, y también otras áreas cuya validación científica y académica ya no es tanto el libro, sino los artículos publicados en revistas indexadas, que tienen otra lógica y otro público también. Imagino que no solo en San Marcos, sino en todos los fondos editoriales se enfrentan al mismo dilema: el libro y el artículo indexado. Y yo pienso que ambos no se oponen, sino que se complementan, pero sí es un reto para todo Fondo ese nuevo escenario de publicaciones. Ahora, por otro lado, San Marcos es la universidad pública más grande del país, y estamos haciendo los esfuerzos por centralizar internamente el tipo de publicaciones que se hacen.

El Fondo Editorial de la UNMSM publica libros hace muchos años, pero cuál dirías que es el distintivo o la marca personal que has intentado añadirle tras asumir como Director General de Biblioteca y Publicaciones. Esto teniendo en cuenta que la ‘competencia’, es decir, las otras universidades, han ido dinamizando también el sector, y aumentando su producción.

Creo que ya es un proceso que viene de algunos años atrás. No diría que con esta gestión se inicia todo. Hay que ser justos y ponderados en las evaluaciones. Ya existía un proceso de modernización a nivel más de los procedimientos que de los contenidos. Y esto ayuda mucho como un primer punto de despegue para pasar a la segunda fase, que es ya qué contenidos o qué tipo de manuscritos publica una universidad pública en una editorial universitaria. Y a mí me queda clarísimo que una editorial universitaria no es una editorial comercial. Ese es un punto de partida porque a veces se confunden los planes. Es una editorial que tiene como meta difundir conocimientos de sus docentes, de sus egresados, y eso es algo que yo he intentado agregar, buscar también la publicación de libros firmados por autores de calidad, no solo externos a la Casa de Estudios, sino también internacionales. Porque eso es clave para que un Fondo universitario con metas claras pueda ampliar su radio de incidencia. Pero también algo que hemos iniciado en esta gestión con mucha más fuerza es la traducción de autores y autoras que solo una editorial universitaria puede soportar y, en cierta medida, también financiar. Y ahí nuestro público objetivo no es solo el que pueda asistir a una FIL, que es muy diverso, sino también el público universitario, no solo de San Marcos, sino también de otras universidades públicas y privadas que necesitan un tipo de material de enseñanza y de reflexión dirigido a los ciclos de estudios básicos. Así hemos publicado traducciones sobre Antropología, Arqueología, Historia, Derecho, Ciencia Política, estudios sobre democracia, que son el contenido que ese público universitario necesita para su formación.

Me queda clara tu premisa de que no son una editorial comercial, sin embargo, ¿llevan un registro de cuánto y dónde se venden sus publicaciones? ¿Yo puedo encontrar uno de estos nuevos textos en librerías o bibliotecas de, por ejemplo, Trujillo? 

Hay, claro, un tema de distribución y ventas que tiene que ver con la modernización de todo fondo editorial, y en este caso de uno universitario. Y para nosotros la premisa de que ‘si un libro no está en las librerías o en los portales web de ventas no existe’. Así que hemos expandido nuestra presencia no solo en librerías de Lima, sino también de diversas regiones del país. Y también estamos en los portales más importantes de ventas de libros. Usualmente las bibliotecas de universidades públicas nos solicitan textos en términos de canje o donación, cosa que siempre hacemos. Por nuestra parte, mientras haya la iniciativa de colegas de otras universidades por requerirnos libros, siempre accederemos.

Uno ve los textos bastante bien cuidados, pero muchas veces ignora cuánto tiempo y trabajo hay detrás. Cuéntame sobre esos detalles del proceso.

Los libros que tienes ahora en tus manos son de profesores de Humanidades y Ciencias Sociales, y curiosamente son tres tesis de doctorado y una de maestría. No las hemos colocado en la Colección Siembra, porque han sido producidas fuera de la universidad, sin embargo, también eso es algo que estamos ‘mapeando’, el intentar recuperar tesis de investigadores que las tienen publicadas y que están ahí esperando que un editor las lea y las transforme. Sobre tu pregunta, el proceso editorial en algunos casos es más corto y en otros más largo. Pero nos queda claro que, un poco lo que mencionábamos hace un momento, una cosa es la tesis y otra es el libro. Felizmente en los cuatro casos que tenemos acá, los autores han sido bastante abiertos para que sus tesis sean reducidas no solo en término de páginas, sino también pensar que quien va a leer no solo es el especialista –que fue el caso del colega David Rengifo con “Teatro y Nación”—sino también que puedan gente que hace teatro, o alguien interesado en las artes escénicas en general pueda encontrar ahí una historia del teatro en nuestro país. Igualmente, con “El arquitecto de la política”, del profesor César Puerta, estoy seguro que lo podrá leer un historiador, un politólogo y un político, que quieran encontrar cómo se construye una campaña política en la segunda mitad del siglo XX. Entonces, ese ha sido un poco también nuestro esfuerzo de acercar al lector a ese tipo de publicaciones que sin desmerecer o rebajar su calidad académica, puede ser leída también por un público más amplio.

Hablando de la variedad, ¿cuándo se decide reeditar un libro? Recuerdo mucho los casos de «Guerra y democracia» de Eduardo Toche, «Antología de Raúl Porras» o el de Carlos Aguirre, sobre la esclavitud en el Perú.

Ahí hay una respuesta muy simple, pero no es la única: los libros estaban agotados. Son textos descatalogados que ya, por los años que circularon y re circularon, a veces con más de una reimpresión, están agotados. Pero hay más explicaciones. Por ejemplo, con “Guerra y democracia”, tenemos ahorita en Perú, y diría que, a nivel regional todavía, esta relación tensa entre Estado, Sociedad y Fuerzas Armadas. Entonces, para un libro como este, se le invita al autor para que re publique, y yo diría que esto es más bien una nueva edición, porque también hemos retocado cosas editoriales, y él escribió un nuevo prólogo bastante interesante, que le permita a la UNMSM acercar al lector a temas que no son necesariamente de coyuntura, pero que permiten ampliar la visión de la misma. Todo libro agotado no es necesariamente para re imprimir, pero sí hay algunos que ameritan tal cosa. Lo mismo con el tema del texto de Aguirre. En el marco del Bicentenario, en términos editoriales, me parece que se sigue dejando de lado estas fracturas étnicas que ha tenido la construcción de la República. Y eso es un silencio historiográfico evidente. Entonces, un libro como “Historia de la esclavitud”, que llega hasta la etapa republicana, creo que es un texto que permite también pluralizar las narrativas históricas sobre el asunto del Bicentenario.

Me hablaste ya de las reediciones, pero también hablemos de textos como el «Intelectuales, política y producción cultural en el Perú de los 70«. Evidentemente, los editores y autores no publican para hacerse millonarios, pero ¿qué dirías que ganan al ser editados en el Fondo de la UNMSM?

Ese libro fue propuesto y pasó por todas las validaciones académicas que estamos obligados a hacer pues coloca sobre la mesa un tema muy importante: la discusión sobre las políticas culturales del Gobierno militar de los años 70. Esa relación entre cultura y política. Son textos escritos en su mayoría por historiadores. Y para nosotros como Fondo Editorial es importante que la historia contemporánea se acerque más y sea posible publicarla. Ahora, este es un libro también que nos permite no solo colocar una agenda académica –y es una obra que, en términos de venta, para ser un fondo universitario, está funcionando bien—sino también porque creo que dialoga muy bien con una tendencia más amplia sobre la discusión de la política y cultura. Usualmente los temas de política son abordados o por politólogos o por sociólogos. Y este es un libro escrito básicamente por historiadores. Y pienso que este tipo de obras nos permite a nosotros como Fondo Editorial ir en la búsqueda de autores que no son estrictamente de nuestra Casa de Estudios (profesores o egresados) sino que muchos de ellos radican fuera del país.

Finalmente, queda claro que ustedes no planifican para 2025 sino ya para 2026. ¿Qué es lo que tienen mapeado para ese momento?

Tenemos mapeado, primero, lo que conversamos ya sobre las tesis sanmarquinas. No es una cosa totalmente cerrada, porque se pueden ir agregando títulos. Hay varios escritos en evaluación, porque no es que el Fondo elige por sí solo, sino que pasa por una evaluación de ‘padres ciegos’ externos, que lanza recomendaciones de modificación, los autores las hacen y seguimos en ese camino. Pero yo creo que lo importante para nosotros es la línea editorial. Tenemos ya en una buena proporción planeada las novedades para el 2026, estamos trabajando en esa dirección, con algunos libros de la propia producción de nuestros colegas docentes, que es nuestra obligación institucional, pero sobre todo en la búsqueda de manuscritos externos y algunas traducciones. Fíjate que en esta gestión hemos logrado también algunas coediciones, que hemos hecho con la UNAM de México, con la Universidad Nacional de Colombia, con una editorial española especializada en temas de Antropología (nola), y para el próximo año tenemos previstas algunas coediciones con editoriales brasileñas, que es lo que ahora buscamos también: abrirnos al mundo editorial y académico brasileño. Ya hemos hecho dos traducciones y están en proceso dos más de colegas de ese país, que es un mundo académico con el cual mucho no se dialoga aquí.

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