Alaina Urquhart, de realizar autopsias al Podcast y luego al bestseller: Así es la autora de «El carnicero y el pájaro»

Cinco años después de la creación de “Morbid”, el Podcast de true crime que conduce junto a su sobrina Ash Kelley, la estadounidense Alaina Urquhart da el salto al libro. Ella publicó en septiembre pasado “The Butcher and The Wren” un thriller que llegará a nuestras librerías bajo el título “El carnicero y el pájaro” (Editorial Planeta) el próximo 1 de septiembre.

Pero el éxito del Podcast (que acumula más seguidores en su género en todo Estados Unidos) y que su novela debut se convierta en bestseller (más de 100 mil ejemplares vendidos en la primera semana) no llegó ni fácil ni rápidamente.

Nacida en Boston en 1985, Urquhart estudió para auxiliar forense y desarrolló a lo largo de su juventud una serie de intereses en torno a temas como la anatomía, la biología y la psicología. Esto la llevó, mientras trabajaba en una morgue local, a estudiar una serie de manuales escritos por prestigiosos especialistas en dichos campos.

Todo esto sumaría experiencia para que en mayo del 2018 lance “Morbid”, un Podcast que acumula ya 500 episodios en los que la clave parece ser no solo narrar un crimen real ocurrido tiempo atrás en un lugar determinado, sino fundamentalmente dejar en claro todo lo que pudo ocurrir alrededor de la víctima: ¿quién era? Pero sobre todo ¿quién pudo llegar a convertirse si la muerte no se cruzaba en su camino?

La fiebre de los Podcast, y específicamente la vinculada a los de crímenes reales ha saltado a la pantalla gracias –entre otros factores– al streaming. Un ejemplo es “Only Murders in the Building” (“Solo asesinos en el edificio”), la serie de la cadena Hulu (Star Plus en Latinoamérica) en la que Mabel Mora (Selena Gomez), Charles Haden Savage (Steve Martin) y Oliver Putnam (Martin Short) se tropiezan de casualidad con el crimen de una persona cercana para, con el avance de los episodios, ir descubriendo al responsable.

Aunque menos glamorosa que la historia de Hulu, “Morbid” ha sabido cautivar a miles de seguidores, muchos de los cuales corrieron a comprar “El carnicero y el pájaro”, la primera incursión de Urquhart en la ficción. En esta novela encontramos a una patóloga forense (Wren Muller) abrumada por la forma en cómo van apareciendo cadáveres sobre su mesa de trabajo. Para dar con Jeremy, el asesino serial que está detrás de esta barbarie que tiene como punto geográfico la ciudad de Luisiana, nuestra protagonista será apoyada por el inspector Louis Leroux. Ambos se sumergen, pues, en un viaje por algunos de los aspectos más sombríos de lo humano.  

A propósito del lanzamiento en castellano de su primera novela, Alaina Urquhart conversó con la prensa internacional y en esta nota les compartimos lo más saltante del diálogo en torno a “El carnicero y el pájaro”, historia cuyos derechos televisivos ya han sido adquiridos por Sister, la misma productora de series como “Chernobyl” y “Dexter”.

¿Cómo pasaste de técnica de autopsias al Podcast? ¿Cómo surgió luego la novela? ¿En qué te inspiraste para escribir esta historia?

Es fantástico y curioso porque la novela salió, literalmente, de una pesadilla. Estaba embarazada de mis gemelos de siete años y venía teniendo pesadillas horribles durante el embarazo. A veces eran solo sueños feos y a veces pesadillas muy bestias. Me despertaba a media noche e intentaba recordar lo que había pasado. Quería escribirlo para contárselo a mi marido para no olvidarlo. Y una noche soñé que estaba corriendo por un pantano. Era un pantano con música fuerte. No sabía dónde estaba. Alguien me perseguía. Y de repente me desperté empapada en sudor, con el corazón palpitando. Pensé ¡madre mía, qué horror! Agarré una hoja de papel para escribir lo que pude. Luego me fui de nuevo a la cama y pensé: ¿qué ha pasado? ¿quién era este tipo? ¿qué me pasó anoche? Le conté a mi marido y me dijo: tal vez debas descubrir quién es, escribir sobre él, quién sabe. Y yo siempre he leído y escrito. Así que decidí probar con un relato breve para ver si descubría quién es. Empecé y no pude parar. Y cuando Jeremy se convirtió en Jeremy, en quien es, pues en seguida descubrí a mi Wren, y cómo iba a ser ella, y a partir de ahí todo explotó. Y el libro luego se escribió solo, porque simplemente no podía parar.

¿Crees que el instinto asesino es tan humano como el de supervivencia?

Diría que el instinto asesino es otra cosa, tal vez no muy humana. Yo no creo que alguno de nosotros pudiéramos ponernos en posición de acabar con la vida de otra persona. Mi cerebro no se puede colocar ahí, solo podría ocurrir en una situación en que se te va la vida. Entonces, el instinto de supervivencia es mucho más humano. Matar es mucho más animal. Jeremy lo hace de pura fascinación, lo cual a mí no me parece nada humano.

¿Para crear a Jeremy te basaste en algún asesino real?

Por suerte o por desgracia, Jeremy es pura invención, lo cual me da un poquito de miedo, claro. He leído tantos casos de true crime, he consumido tantos libros de terror, series y películas, y creo que Jeremy contiene todo lo que a mí me asusta. Un ser humano que me venga a la cabeza, repugnante, horripilante, ese es Jeremy. Y también alguien que pudiera hacer esas cosas. Porque en el true crime y en todos estos casos a veces descubres que (el asesino) no es un monstruo de buenas a primeras, y si la gente no confía inicialmente en él, este no va a conseguir lo que quiere.

¿Qué fue antes de tu fascinación por el mal? ¿Tu fascinación por la mente, por los asesinos en serie o por la morgue? ¿Es verdad que tu sueño de pequeña fue trabajar en una sala de autopsias?

Es muy raro porque a mí siempre me ha interesado el cuerpo humano, la anatomía. Yo quería ser médico en un momento dado. Incluso me preparé para entrar en la facultad. Me interesaba mucho la salud cardiaca, el corazón humano. Pero luego también me ha interesado no solo la parte de salvar vidas, sino también el poder determinar cómo ha terminado la vida de una persona. Eso me fascina. Y cuando me di cuenta de que era un trabajo, pues pensé en dedicarme a ello. Es un concepto que me da miedo, pero a la vez me fascina. Primero la anatomía y luego ya el interés en querer descubrir causas de una muerte.

 ¿Cómo ha sido tu experiencia escribiendo terror o thriller siendo mujer?

Es una muy buena pregunta porque una de las cosas que quería apartarme es que no quería que solamente las mujeres sean las víctimas. A veces da mucho miedo leer que asesinos solo persiguen a mujeres y no les quedan esperanza. Yo quería asegurarme de que la experiencia era “aquí no está a salvo nadie”. Con Jeremy nadie está seguro. Ni las mujeres ni los hombres. Porque no tiene un prototipo, un perfil de víctima. Si le molestas o resulta que estás ahí por casualidad pues ya estás marcado. Yo Quería un ‘perfil variado de víctimas’ porque me ayudaba a mí a escapar a la hora de escribir. El proceso de escritura fue como una catarsis para mí, el poder descubrir a un asesino que no se dedicaba solo a hacerme a mí la víctima. Quería que se encontrara con distintas situaciones. Y creo que lo he conseguido.

¿Qué elementos debe tener un caso para que decidas contarlo en un libro o hablar de él en el Podcast?

Cuando trabajamos para el Podcast y contamos un caso ahí, lo que nos gusta es centrarnos en la víctima, nunca en el malo de la película. Y por eso es importante estar en la mente de Wren en la mitad del libro por lo menos, porque no se trata solo de la mente del malo, aunque también hay que estar en esta para entender lo horripilante que es el tipo, sus motivaciones, y pensar que estás dos pasos por delante porque tú lo sabes antes que otras personas en el libro. Y en el Podcast, cuando contamos una historia siempre decimos quién era la persona antes de ser víctima. Porque, claro, ¡persona fue primero! A veces sale el nombre cuando la conectan con el asesino. Y a nosotros nos importa decir ‘esta persona era tal y hubiera podido llegar a ser tal y tal’. Es importante dejar en claro que esas eran personas rodeadas de otros seres queridos y que fueron destrozados al quitarles la vida. Yo quería configurar un buen personaje en Wren, con todos sus defectos, pero muy humano.

Son ya casi 500 los episodios que han grabado ya en su Podcast. ¿Les queda algún caso que no hayan abordado? ¿En dónde radica el éxito de los Podcast basados en crímenes reales?

Son muy buenos y hay muchísimos y a todo el mundo. Creo que es una manera de enfrentarse a los miedos. Es que es muy bestia escuchar una historia que sabes que acaba mal, y a todos nos gusta honrar a las personas y sentir qué hemos hecho por honrarlas. Sobre todo, si el caso no se ha resuelto. Y con todo esto del boom del Podcast y las series de TV ha sido útil porque algunos Podcast han ayudado a resolver casos. Fíjate que se entera más gente y tal vez uno cae en la cuenta de estuvo en tal sitio, tal día, tal hora, y quizás de repente aparece una pista nueva que le llega a la policía. Y como todos queremos ser útiles y queremos honrar a la víctima que ya no está y que no se puede defender, y nos concentramos en estos miedos y nos preparamos para estar en este mundo, tal vez por eso nos gustan. Porque existe gente muy mala, y está bien intentar evitar ser la víctima, ¿no? Y entre nosotras lo hablamos. Me encantaría hablar de crímenes de otros países, porque primero era muy local la cosa. Porque tenías la idea de que al comienzo no te escucharía nadie. Pero ahora que llega a tanta gente y nos escriben tanto, vamos a tratar de escoger casos interesantes (de afuera) que no se conozcan mucho. Sí, nos vamos a abrir a más lugares del mundo. Y también nosotros contamos historias más allá del true crimen. Fenómenos extraños, maldiciones, zombies, es algo fuera del género, pero sabemos que habrá mucho de esto en todo el mundo.

Hablabas de honrar a los muertos. ¿Es un poco lo que hace Wren al respecto? La novela te da mucho que pensar en el trabajo tan bonito que hacen los forenses, aunque a la vez tan duro.

Exacto. Es muy duro, pero es muy importante. El trabajo consiste en eso: hablar por una persona que ya no puede hablar. Eso es mucho y debes tomarlo como una gran responsabilidad. Yo con todos los que trabajábamos (en la morgue) teníamos mucho cuidado. Es el pariente de alguien, sí, es un cascarón, y su alma no está, pero es una persona. Yo en mi mesa tengo a alguien. Y de repente el día se su muerte se había pintado las uñas o llevaba una trenza. Esas cosas que debes tomar en cuenta al momento de trabajar en una morgue. Nosotros no les cambiábamos los peinados. Si se habían peinado de cierto modo lo queríamos respetar. Los tatuajes dicen mucho de una persona. Así tendría que ser, porque es una responsabilidad muy bestia y muy grande.

En “Morbid” no solo hablan de true crime, sino también un poco de experiencias paranormales o de terror. ¿Qué significa para ti el terror y por qué llevarlo a la literatura?

El terror para mí es muy divertido. A mí siempre me ha interesado todo lo espeluznante. El que te hagan no sé, una cosa que te de miedo, pero leyéndola o viéndola desde una zona segura. Es como ir a una casa encantada y de repente sientes adrenalina y ves cosas horribles, pero sabes que si sales de ahí no pasa nada, porque el tipo de la sierra eléctrica es solo un actor. Así pues, con el terror lo he pasado bien, pero desde un lugar seguro donde puedas tener ese plus de adrenalina. De repente te interesa ir detrás del malo, ver a dónde se ha metido, porque como no es algo real. Eso es lo que quería trasladar a la literatura. Yo recuerdo que veía “El silencio de los corderos” y cuando sale el primer chillido yo pensé: “quiero hacer algo tan genial como esto”, porque es tan creativo, tan increíble, me hace reír, pero me horripila a la vez y por eso tenía que hacerlo. Yo siempre he escrito, pero tenía que crear un pequeño mundo donde todos estén a salvo, pero sientan muchas sensaciones.

Hablando un poco de true crime, ¿por qué escoger Luisiana, siendo tú de Boston?

Definitivamente, soy muy de Boston. Pero Luisiana, New Orleans en particular, es un personaje más en la novela. En “Entrevista con el vampiro”, “True Detective”, “True Blood”, todo lo que sea ambiente ahí es otro personaje. Ya no lo consideras un lugar, sino una sensación, una persona. Y New Orleans tiene esa vibra espeluznante, pero a la vez con tanta vida. Me parece una ciudad con mucha vida, pero tienen también este mundo más espeluznante, terrorífico, que te pone los pelos de punta y te da la vuelta de esta manera, que yo creo que es algo único y exclusivo. Pienso que en muy pocos lugares en el mundo puedes vivir esta sensación de vida y muerte a la vez. Y es un lugar perfecto para Jeremy, y el mejor lugar para trabajar para Wren.

¿Por qué el asesino en serie necesita de esa continuidad en el crimen? ¿Qué lo lleva a matar una y otra vez?

Creo que muchas veces lo que hemos visto, viendo la psicología detrás de un asesino en serie, es que ellos buscan es solventar algo en sí mismos, arreglar algo que está muy roto en su interior, que nunca se va a arreglar, pero ellos creen que repitiendo ese patrón van a saciar lo que tengan que saciar, o se va a resolver eso que les persigue y amenaza en su propio interior. Y el 100% de las veces no se resolverá por matar a más personas, y cada vez se tornan peores, y al final pues acaban donde tienen que acabar. Dennis Rader (BTK) lo explica: que tenía esa necesidad y pensaba: ‘la siguiente víctima me va a sanar’, pero no era así. Trataban a las personas como medios para llegar a un fin. ¡Pero inclusive no veían a las personas como tales! ‘Hice esto y se me calmó esto, pero ahora voy a hacer lo otro’. No les consideraban personas para nada. Pero es porque ellos están rotos por dentro y siempre pretenden arreglar algo que obviamente no se va a arreglar de esa manera.

¿De dónde viene esa relación entre el crimen y la música? Porque la música juega un papel fundamental en la novela, y además está este ‘juego macabro’ que tiene Jeremy con sus víctimas tiene a la música como protagonista.

Es que me gusta mucho la música, siempre la escucho, haga lo que haga. Es una parte muy importante de mi vida, tanto que pensé ‘bueno, a mí la música me lleva a un sitio, me transporta a un lugar o a un recuerdo’. Tal vez una canción de repente me trae tantos recuerdos que puedo oler incluso un recuerdo. El perfume de alguien, no sé. Lo noto, porque esto desencadena un montón de emociones, despierta todos los sentidos. Escuchar una canción en un momento determinado. Eso es clave. Yo quería meter muchos sentimientos con cada canción que sonaba, y antes en sí hemos leído historias en las que un asesino mientras comete crímenes terribles de repente pone música muy fuerte. Y eso ha sido algo que se me ha quedado grabado en el cerebro, porque es lo que más miedo me daba, o sea, ¿leerlo no? Porque como me gusta escuchar música en un ambiente controlado. Porque si hay un lugar con mucho barullo y gente hablando me estreso bastante. Entonces, que la música esté a tope es un estresor personal mío que lo he metido en el libro, porque eso me estresaría cien mil veces más y cien mil veces más cometería un error seguro. Pensé que Jeremy al actuar así añadiría esa sensación de miedo, sobre todo cuando utiliza una canción divertida, tal vez una de Bowie. Estar haciendo una cosa horrible con una canción alegre de fondo me parece una dicotomía tan brutal, tan radical que pensé: esto nos da la sensación de ¿quién es este tipo?

¿Hay mucho de ti en Wren? No sé, ¿te crujes los nudillos también como ella?

Sí, hay algunas cositas mías en ella. Yo también me crujo mucho los dedos. Sobre todo, si alguien me está molestando, pues lo hago para decir ‘cuidado que me estás tirando mucho la cuerda’. Bueno, Wren es quien yo quisiera ser, con sus rasgos positivos. Es muy decidida, muy determinada. Tiene además un conocimiento enciclopédico en la cabeza, lo cual me encantaría poder compartir. Como digo, se enfoca mucho en todo lo que hace, y a mí me gustaría ser más organizada en la vida. Pero también le he puesto mis defectos. Por ejemplo, el ser tan enfocada a veces te puede llevar al error, porque te puedes pasar de obsesión. Eso me pierde un poco a mí. A ella le pasa que se obsesiona tanto con una cosa que deja de lado sus propias necesidades. Y eso es algo que también me ocurre mucho.

¿Qué tiene Estados Unidos o los países escandinavos para que se den tantos casos de asesinos en serie?

No lo sé. Me pregunto lo mismo. Tal vez tiene que ver con que somos un crisol de culturas y hay tanta gente de tantos sitios en el mismo lugar. Hubo un boom en los setenta donde ocurrieron un montón de casos sobre asesinos en serie, y quizá también influyeron los cambios políticos, que dieron mucho pie a descontento. Luego de repente a todo el mundo le dio por hacer alpinismo o excursionismo, y muchos se perdían en las montañas. No sabría decir porqué esto ocurre más aquí. Ahora, felizmente, parece que la cosa se ha calmado un poquito. En los setentas y ochentas era algo más frecuente. Esperemos que podamos decir que los asesinos en serie son cosa del pasado. Ojalá.

En la novela aparecen nombrados varios casos de asesinos en serie como Jeffrey Dahmer o el Monstruo de Milwaukee.  Estos serían casos de célebres asesinos en serie, pero también está Walter Freeman, el médico que inventó la Lobotomía. ¿También te fascinan este tipo de personajes?

Definitivamente. Al hacer “Morbid” nos hemos dado cuenta de que los asesinos en serie no son tan interesantes. Como seres humanos son personas horribles, destrozadas y maltrechas. La parte psicológica sí es más interesante, pero como no te puedes identificar porque es monstruoso y te queda tan apartado, luego en la realidad pues es que estamos ante gente mala que hace cosas malas. Luego, sí me interesan casos como el de Walter Freeman. Uno ahí puede pensar: ¿de verdad te planteabas que lo que estabas haciendo estaba bien? ¿Por qué se te ocurrió que eso podría funcionar? Y, además, él no es un asesino en serie. Esto se estaba haciendo en un entorno hospitalario y los miembros de la familia daban el consentimiento para que se lo aplicasen a una persona. Que todo sea a la luz del día, que ocurra y que la gente se apunte, eso me parece increíblemente bestia.

Ya desde el título se anticipa una fuerte presencia de la naturaleza, que luego se verifica en la lectura. ¿Qué lugar ocupa esta naturaleza o entorno en tu vida?

Luisiana es un personaje más en la novela. Lo puedes tocar, oler, saborear, notar. El personaje de Luisana y todos los sentidos tienen que estar implicados en cualquier escena que dé miedo porque eso lo potencia todo. En Luisiana hay cosas que son pegajosas, y los sonidos que oyes en un pantano. Es un sobre estímulo. Y ahí el lugar funciona muy bien. Pero también en otros lugares pues otros sonidos te pueden dar otra sensación, más de calma. Depende de dónde lo sitúes. Y aquí estamos poniéndolo en esta situación y en ese lugar que te hace pensarlo dos veces. Yo vivo en el noreste de Estados Unidos y tenemos lo más bestia de cada estación. Yo he vivido en extremo frío y extremo calor, oliendo todos esos olores de las hojas, la nieve con su olor, todo tiene su importancia y quería que eso formase parte de la novela pues ha sido parte de mi vida.

Dicen que la verdad a veces supera la ficción. ¿De dónde te inspiras para tus ficciones?

La verdad es que no lo hago. Hablando del cementerio, por ejemplo, ahí sí iría a los documentos para encontrar la verdad. Si estoy buscando un hecho histórico de un lugar entonces sí que voy a los datos reales. Pero la parte del terror, del horror, no es que yo haya ido a buscar un caso en periódicos. Pienso que a veces lo que se te ocurre en la mente da mucho más miedo que un hecho real. Pero, efectivamente, concuerdo con que la realidad supera siempre la ficción, y aún si quisiéramos, nunca estaríamos a la par.

Volviendo a los referentes. Ya hablamos de música, pero, ¿tienes algún referente claro a nivel de narrativa? ¿Qué escritores podrías mencionar?

Patricia Cornwell es una de mis autoras preferidas. Me encanta, siempre he sido fan de la detective Kay Scarpetta. Yo de pequeña quería ser ella. Y quería hacer lo que ella hace. Me ha encantado siempre lo profundo. También siempre me ha gustado Stephen King. Para mí es el maestro del terror porque nos lleva a límites que otros no pudieron. Y cubre además muchos temas dentro de su género que a mí me impresionan. Luego, ‘El silencio de los corderos’, es mi mejor película de todos los tiempos. También me ha gustado la saga de “Scream”. Y otra persona a la que siempre he admirado es Bill Bass, creador de “Body Farm” (La granja de cadáveres). Él creó un lugar para estudiar el cuerpo humano después de la muerte, y qué le ocurre al cuerpo humano en cualquier situación, para poder ayudar a partir de ahí, y saber mejor la causa, la hora de la muerte, y poder descubrir las tácticas que usa un asesino para engañar al forense intentando estar siempre un paso por delante. Bass ha escrito muchos libros sobre antropología forense, autopsias, y siempre los he leído, para entender mejor técnicas que pudieran servirme para escribir mi novela.

¿En qué cambió tu rutina diaria tras el éxito de tu Podcast y cómo ha sido lidiar con todo esto?

Es muy bestia. Es que tengo tanta suerte. No se me da muy bien estar en el foco. Soy bastante tímida y los cumplidos, no sé bien cómo encajarlos. Los agradezco mucho y cada día me levanto muy agradecida con lo que me pasa. Mi día a día es muy normal. Llevo a los niños al colegio, me gusta estar en casa lo que puedo. Hago mis cosas cuando ellos estudian. Los llevo también al karate o a la danza, así que aprovecho para trabajar mientras ellos están en clases. También muy tempranito, antes de que todos despierten y luego cuando ya todos se van a dormir. Duermo cuando me siento destrozada. Intento empaparme de mis hijos mientras ellos aún quieran estar conmigo.

¿Tienes en mente otra novela protagonizada por Wren y por Jeremy? ¿Qué nos puedes contar sobre una posible continuación?

Puedo decir que la historia no se ha terminado. En eso estoy. No puedo decir más.

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