El primer libro del sello Máquina de Ideas no podía ser más ambicioso y cuestionador. «La genética de Dios«, del catedrático y psicoterapeuta Víctor García-Belaunde, es un corto ensayo que pone sobre el tapete la posibilidad de intervenir genéticamente a un ser humano.
Si bien no estamos ante un libro de acceso general, porque su temática es compleja y su lenguaje es por ratos algo especializado, esta sí es una obra interesante porque evidencia un interés por ir más allá de la aceptación de aquellos «dones naturales» que recibimos al nacer.
Sorpresivamente, lo que debió ser una entrevista compleja se convirtió en una amena charla con Víctor García-Belaunde, un entusiasta difusor de dudas en torno al orden natural de las cosas. Él es, además de lo ya mencionado líneas arriba, conductor del programa de divulgación científica «La Manzana Escéptica» que se transmite por Onda Digital y director de la Sociedad Secular y Humanista del Perú.
Aquí nuestra charla con el autor de «La genética de Dios«:
-¿Cuánto tiempo tiene tu programa “La Manzana Escéptica”?
Desde el 2014. Aunque ha tenido interrupciones. Tuve cáncer y debí parar un año y medio.
-¿Y cómo te encuentras de salud en la actualidad?
La enfermedad está en remisión. Ese es el diagnóstico oficial. Lo más probable es que no regrese, pero uno nunca sabe.
-¿Y lo que pasó te hizo reforzar tus ideas o más bien dejarlas un poco de lado?
No sé si han cambiado mis ideas, pero lo que sí se ha intensificado es mi interés por aprovechar el tiempo. Por ejemplo, este libro lo tenía escrito hace mucho y siempre pensaba ‘alguien lo publicará algún día’, pero ahora ya está aquí.
-Aunque, para ser exactos, es tu segundo libro…
Así es. Mi primer libro salió en España bajo una editorial que no hizo nada para publicitarlo, a pesar de que se vende en Amazon. Y entonces ahora quería publicar un segundo pero ya en mi país.
-¿Y ese primer libro también tenía un ánimo cuestionador como pasa con “La genética de Dios”?
Sí. Se llama “Crítica del alma”. Es más filosófico. Ahí analizo las concepciones del alma de los griegos antiguos, opino sobre cuál de ellos pienso tiene una postura más científica. Y ataco a Aristóteles y Platón, que son los ‘héroes’ de universidades como la Católica o San Marcos. Por eso es que el libro no le gustó a mucha gente, porque piensan que soy ‘injusto’ al momento de atacarlos.
-¿Te interesa más escribir poniendo en duda teorías de alcance ‘masivo’?
Es la idea. Uno busca que la gente lea algo nuevo. Si coges un libro que te plantea una nueva teoría o forma de ver el mundo, pues lo puedes valorar. O también lo puedes odiar, claro. Mucha gente me ha insultado diciéndome que por qué me meto con Dios (por el título del libro). Y más siendo ateo. Mira, yo creo que uno puede poner lo que quiera en el título. Uno puede no creer en el amor y escribir una obra que se titule “Contra el amor”.
-¿Qué vivas al lado de Concytec es una casualidad del destino?
En realidad yo quería vivir al frente de Pardo’s Chicken (risas). Es cierto, soy consciente que vivo en el mismo edificio de Concytec, pero nunca he entrado a él. Tengo muchos amigos trabajando ahí y también he escrito sobre esa entidad.
-¿Cómo evalúas la existencia de un ente como ese en un país donde lo que menos parece importar son los avances científicos?
Hubo un avance importante con Gisella Orjeda. Hizo una serie de cambios importantes, aunque tuvo cierta resistencia. El Concytec es fundamental y me parece mucho mejor tenerlo mal funcionando que no tenerlo. ¿Por qué? Porque los políticos no saben de ciencia y tecnología. Así que siempre será mejor que acepten la opinión de gente que sí conoce del tema.
-Hablemos de “La genética de Dios”. ¿A qué público crees que está dedicado tu libro?
No es un libro enteramente académico y está pensando para un público quizás no tan amplio pero sí uno que tenga cierta formación universitaria y el hábito de la lectura. Eso sí, si te interesa alguna de las ciencias, el libro te parecerá sumamente interesante porque hablo de biología, medicina, etc.
-¿Por qué piensas que reconocer la existencia de un creador o de una serie de creadores es una declaración de ignorancia?
Porque, ¿cómo puedes probar la existencia de Dios? El afirmar algo sin poder corroborar su existencia es manifestar tu ignorancia. Es como si te dijera que tengo un duende debajo de mi cama. Me pedirías verlo pero yo te respondería que solo “debes confiar en mí”. Ese ejemplo lo dio Carl Sagan con “Un dragón en el garaje”.
-Eso viene ligado a otro tema. Algunos pensamos que el ser humano y todo lo que lo rodea (naturaleza) es tan “increíble” que debe existe un ser superior que lo creó…
Que algo sea incomprensible no quiere decir que tenga un creador. Los valles son hermosos, la tierra tiene paisajes alucinantes y se pueden explicar científicamente. A veces se requieren varias ramas de la ciencia, claro, pero es posible. Es cierto que habrá cosas misteriosas que no se entenderán inmediatamente y otras que quizás nunca, pero eso no quiere decir que exista un ‘hombre con barba’ que lo explica todo. Para mí eso es una declaración oculta de ignorancia.
-Y decir eso tampoco es ser anti católico ni anti religioso…
Para nada. No tengo ningún problema en que los demás acumulen creencias que no puedan probar. Aunque, en mi caso personal, intento acumular creencias que sí puedo probar, y si alguien puede probar la falsedad de esta, intento adaptarme y adoptar la nueva creencia. La ciencia comienza con la ignorancia y no hay que tenerle miedo a esta. Si tú le temes a eso, pues dedícate a alguna religión.
-Pasa mucho que una situación complicada hace que nos aferremos a algo, quizás con la esperanza de superarla o de entenderla. ¿Ni siquiera cuando te detectaron cáncer te aferraste a cierta ‘creencia’?
Uno se aferra a un montón de cosas y así le da sentido a la vida. Hay una frase que siempre me dicen y me molesta mucho: “Tú eres ateo, no crees en nada”. Eso es falso. ¿Cómo no puedo creer en nada? Creo en que esta silla existe, si no me hubiera sentado en el aire. Los ateos creen en muchas cosas. Pueden creer en la justicia, en el amor, no sé. Ser ateo es la manifestación de que no crees en Dios y punto.
-Y si dices que eres humanista secular, ¿de qué estamos hablando?
Ahí se sobreentiende que no crees en Dios, pero también que eres feminista y/o apoyas los derechos LGBT. Porque el humanismo secular es una ideología.
-¿Cuánta gente agrupa la asociación que integras?
Somos más de 100 miembros inscritos. En Facebook tenemos 20 mil seguidores. Y a nuestras reuniones a veces asisten más de 150 personas. Sin embargo, hay mucha gente que nos sigue pero no desea hacerse miembro permanente, por lo que acuden a nuestros encuentros solo para participar de los debates y brindar su opinión.
-¿Es suficiente la secuencia del ADN para predecir cómo el ser humano se desarrollará a lo largo de su vida?
No. El ADN es un programa básico de unas pocas letras a comparación de lo que cabría en el cerebro. Solo allí las conexiones neuronales y la información presente es mucho mayor que la del ADN. Y esa información no está predeterminada por la genética. Es decir, la genética determina cómo crecen los axones pero no cuál de ellos se conecta con otras neuronas. Esa arquitectura cerebral la determina el medio ambiente, la interacción con la cultura y demás. Por ejemplo, dale a un niño una tablet y podrá utilizarla más rápidamente que una persona de la tercera edad. Eso es porque a menor edad el cerebro es más plástico. Y también pasa porque (los niños de hoy) están expuestos a la tecnología prácticamente desde el nacimiento.
-¿Qué piensa tu ideología en torno a problemas que se agudizarán en el corto plazo? Te hablo de ecología, por ejemplo.
El humanismo secular apoya la ecología, obviamente busca el mejoramiento del ser humano. Y este no puede mejorar si habita un ambiente peligroso, agresivo o incómodo. Por ejemplo si la temperatura sube cinco grados podría haber gente que muera por ataques de calor. Y creemos que esto parte desde la educación. Si tú te educas y sabes cómo las cosas contaminan y afectan tu salud entonces estarás más dispuesto a reciclar y cuidar.
-¿Cuál es el principal argumento para pensar que la aplicación de la ingeniería genética en el ser humano no es deshumanizante?
Porque el ser ser humano significa cambiar, mejorar y utilizar la tecnología para ser más feliz y alcanzar un potencial mayor. Estamos subiendo la valla. Los críticos de la ingeniería genética piensan que está mal aspirar a la perfección. Pero yo creo que esta es inalcanzable. Lo que sí se puede es mejorar ciertas cosas. Nadie quiere cáncer. O tal vez, entiendo que si te toca un hijo con Síndrome de Down aprendes a amarlo, pero quizás si hubieras tenido la decisión de retirar ese tercer cromosoma 21 en la primera célula, no habría salido así y (él) hubiera podido después ir a la universidad o se hubiera llegado a casar. Es un tema complicado porque muchas personas viven una situación así. Pienso que este es un tópico que debe discutirse para que haya regulación. Actualmente (en Perú) no la hay. Aunque sí se ayuda a las parejas que no pueden tener hijos. Hay muchos médicos con buenas intenciones pero igual debería ser regulado.
-El uso de la ingeniería genético para algo ‘bueno’ como lo que has mencionado no creo encuentre mucha oposición, sin embargo, otros usos –como por ejemplo para que tu hijo salga rubio o de ojos claros, quizás es un tema más estético que necesario—sí encuentran rechazo en parte de la población.
La ingeniería genética abre las puertas y brinda posibilidades pero es el hombre quien debe decidir qué se puede hacer y qué no. Se podría, como dices, insertar genes que cambien el color de ojos de las personas, pero la pregunta es cuáles de esas mejoras son necesariamente ‘buenas’. Tal vez el Estado no tendría por qué invertir en eso ni tiene porqué recomendarlo y las personas no tendrían por qué pedirlo. Por otro lado, ¿bajo qué criterios puedes prohibirles a los padres de familia que hagan eso con sus hijos? Si ya le permitiste que quite el cromosoma 21, ¿por qué entonces no dejar que tenga ojos azules? Esto es algo que, sin duda, debe discutirse.
-¿Cuán lejos está nuestro país de sentarse a discutir esto?
Bueno, ya se puede elegir el sexo de tu hijo aquí en Perú. Es cuestión de tiempo para que se puedan elegir otras cosas. En Estados Unidos es posible comprar biopartes y hacer manipulación genética de bacterias en un garaje. Y ya hay universidades que manipulan genéticamente. Estuve hace poco en la Universidad Nacional del Centro en Huancayo y ahí tienen un instituto de manipulación genética. El tema nos está tocando los talones así que yo creo que quizás en menos de 10 años pueda discutirse antes de que se nos vaya de las manos.
-¿Cuál es la postura económica de los humanistas seculares?
Cualquier persona puede pertenecer a la sociedad secular pero fundamentalmente debe creer en la democracia. Y dentro de esta hay todo un abanico. Puedes ser más de izquierda o de derecha, conservador o liberal. Normalmente en cuanto a la parte económica no nos pronunciamos mucho. Creemos que esto puede fluctuar dependiendo lo que sea mejor para la economía. Quizás en el futuro el comunismo sea mejor para el país, no lo sé. En lo que sí las cosas están muy restringidas es en la parte social. Los humanistas seculares están a favor del aborto terapéutico, de darle poder de decisión a la mujer en ese tema, también estamos a favor de la regulación de todas las drogas. Para nosotros la prohibición no funciona y produce violencia. Otro tema son los derechos LGBT. Apoyamos el matrimonio igualitario, los derechos de los transexuales. No puedes ser humanista secular si estás en contra de esto.
-Finalmente, en una parte del libro se hace mención a que “la naturaleza humana está aún adaptada a condiciones del Paleolítico”. ¿A qué te refieres con eso?
Es que los psicólogos evolucionistas dicen que desde el paleolítico hubo muy pocos cambios en nuestra mente. Entonces nuestra forma de ser (conducta) se caracteriza porque somos violentos, celosos y no hacemos amistades más allá de grupos de 100. Y yo digo que eso no es cierto. Que más importa la mente humana que el ADN, porque la primera es plástica y cambia con cada generación. Yo creo que el hijo de un cavernícola no usaría tan bien la tablet como el de una persona en esta era. Pienso que podemos tener algunos rezagos de tiempos anteriores pero nuestra mente es lo suficientemente plástica como para poder cambiar.