«Auschwitz, última parada»: un comentario sobre la estremecedora historia de Eddy de Wind

¿Puede el amor salvar una vida? En esta historia, sí. “Auschwitz, última parada. Cómo sobreviví al horror (Espasa, 2020) gana notoriedad no sólo por haber sido escrita por un prisionero dentro de un campo de concentración tras su liberación, sino también por tratarse de un relato con un protagonista que encuentra -en medio de los horrores-, la supervivencia por el ardiente deseo de reencontrarse con su esposa y retomar los sueños de un futuro juntos.

Se trata de Eddy de Wind (1916-1987), un doctor holandés de origen judío que estuvo en el campo de concentración de Auschwitz desde 1943 junto a su esposa, la enfermera Friedel Komornik. Por su condición de personal médico, ambos fueron ubicados en barracones distintos a los de sus compañeros y evitaron los trabajos forzosos que se llevaron tantas vidas. Separados por unos cuantos metros, lograron tener pequeños encuentros donde intercambiaban miradas, conversaciones y hasta comida.

Tras la liberación del campo en 1945 por el ejército ruso, de Wind se quedó allí para dar apoyo a los sobrevivientes. En medio de ese dolor, decidió poner en papel toda su experiencia, la de su esposa y muchos de los personajes que conoció. Tomó uno de esos cuadernos que usaban los miembros de las SS y, a modo de catarsis, empezó a escribir.

¿CÓMO SOBREVIVIR AL HORROR?

Bajo el nombre de Hans y en tercera persona, el autor narra sus vivencias desde que abandonó Westerbork -el campo de tránsito donde se había instalado en 1940- hasta la liberación de Auschwitz en 1945.

Desde su llegada, Hans fue designado al barracón 9 para cuidar de los prisioneros políticos polacos y su esposa al 10, el de los experimentos humanos. Enterado por sus compañeros de lo que ocurría en ese pabellón, le pidió al ‘Profesor’[1] a cargo no hacerle nada malo a Friedel.

Teniéndola a ella en sus pensamientos diariamente, el protagonista encuentra una razón de supervivencia para no desfallecer.

Y mientras mantiene esa motivación para continuar vivo, se detiene en retratar algunos personajes de su alrededor: aquellos que tenían años en el campo y que se habían acostumbrado a convivir con la miseria humana, pasando por otros que -como él- acababan de llegar y no comprendían que el infierno en la tierra existía.

¿Quién vive? ¿Quién muere? Es una de las constantes reflexiones que aborda el autor a lo largo de su historia. Se pregunta en voz alta qué diferencia a un muerto de un sobreviviente. Y casi siempre termina dándose una respuesta: mera suerte. Y es que ¿qué fuerzas puede tener alguien que ha visto lo peor de la humanidad? Cada día era una lucha constante. “No podía creer que fuera a morir aquí, pero tampoco podía creer ya en la vida”.

LA OBRA DE DE WIND

Antes de la edición de Espasa (2020) el libro fue publicado dos veces en idioma neerlandés por el mismo número de editoriales  -De Republiek der Letteren (1946) y Van Gennep (1980)- que lamentablemente quebraron y que no permitieron que sea difundido como lo merecía.

A diferencia de otros escritos de sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, esta obra nace en medio de los mismos muros donde tantos crímenes se cometieron. Por eso es que, aunque maneja un relato cronológico lineal, los recuerdos que a veces se presentan están en desorden o hasta inconclusos por la prisa del escritor en reconstruirlos.

Porque para De Wind era muy importante contarlo todo. “Si lo consigno ahora por escrito para que lo sepa todo el mundo, no volverá a ocurrir jamás” (página 239), escribió el autor en el epílogo de la obra publicada en 1980.

La estructura del texto presenta un epílogo escrito por la familia de Wind, contando los orígenes del médico holandés, su matrimonio con Friedel, su vida tras salir de Auschwitz y algunas fotografías del manuscrito original. Una historia que fue escrita para no ser olvidada.

SOBRE EL LIBRO

Título: “Auschwitz, última parada. Cómo sobreviví al horror”

Autor: Eddy de Wind

Sello: Espasa

Páginas: 250

Precio: S/55


[1] El ‘profesor’ al que se hace mención se refiere a Josef Mengele (1911-1979), mejor conocido como ‘El Ángel de la muerte’, quien realizó experimentos mortales con prisioneros y seleccionaba víctimas para ser ejecutadas en las cámaras de gas.

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