Alberto Rincón Effio: “Lo ajeno es ajeno un segundo antes de que le des la mano”

La inesperada lesión de un miembro de la selección de fútbol de los tigres genera preocupación entre sus integrantes. ¿Quién podría suplir con eficiencia a uno de los baluartes de la escuadra? La respuesta llega de una forma inesperada: un zorro de nombre Luca recibe la propuesta del entrenador felino, quien parece convencido de que puede aportar mucho.

A pesar de las diferencias, Luca recibe la oportunidad y se integra en un plantel donde todos lucen distintos. La experiencia, más allá de si al final se levanta o no la copa, deja muchas enseñanzas para el análisis. ¿Hasta qué punto un deporte como este es capaz de igualarnos? ¿Realmente se compite solo para ganar? ¿Cómo podríamos definir nuestra identidad?

Estas y algunas otras preguntas encuentran respuesta en “Diez tigres y un zorro” (Xilófono, 2022), un cuento infantil que Alberto Rincón Effio publica en un año marcado por la fiebre futbolera. Las correctas ilustraciones llegan a cargo de la artista Celeste Vargas Hoshi.

A continuación, Rincón Effio –quien además es editor del sello editorial Crisol—responde algunas de las particularidades de este hermoso proyecto que apunta a cautivar a los engreídos del hogar, alejándose de los relatos triunfalistas, y más bien buscando posicionarse como una oportunidad para disfrutar plenamente del llamado ‘deporte rey’.

Desde el título, resulta inevitable pensar en la selección peruana al leer tu libro, en Ricardo Gareca y en Gianluca Lapadula, además de todo lo vivido en los últimos años. ¿Cómo llegó a tu mente esta historia que terminó en el cuento infantil “Diez tigres y un zorro”?

Este proyecto surgió en equipo. Queríamos una historia que atraviese los sucesos del fútbol que habíamos vivido en el último tiempo, pero dejando de lado todo aquello que sobra cuando se presentan derrotas: caos, problemas y discusiones. Así que nos pusimos como meta contar una trama en donde rescatemos el principal aprendizaje que nos dejó haber jugado unas eliminatorias muy buenas, porque creo que fueron las mejores en mucho tiempo. Pero todo con un tono más íntimo, más de un solo personaje y una sola historia. Así que decidimos contar esta historia que, como bien mencionas, tiene algo alusivo a muchas cosas que nos ocurrieron y a personajes reconocidos, pero quitándole esa especie de capa que siempre tienen los famosos. El proyecto lo empecé a ‘bocetear’ en mi calidad de editor del sello, pero terminé concretándolo yo mismo, y encargándoselo a Celeste Vargas Hoshi para su ilustración.

¿Cuánto sabías sobre el mercado de literatura infantil en Perú al cual apunta este libro al momento del inicio del proyecto?

Todo despega a partir de que soy padre desde hace tres años. Desde entonces compro literatura infantil casi tanto como literatura para mí. Y ese fue un aprendizaje paralelo. Mientras aprendía sobre libros para niños, conocía también sobre qué es bueno, cómo se cuenta, qué imagen es valiosa o cuándo fracasa una determinada historia. Cuando leía historias junto a mi hija reconocía en qué momento se distraía y abandonaba todo. Ese fue digamos mi aprendizaje: comprar libros para mi hija, leerlos y luego averiguar sobre el mercado, sobre el tipo de textos que se venden mejor, en qué época del año, qué formatos buscan más, qué papel gusta, etc. A partir de todo esto llegué al resultado final que puede apreciarse en “Diez tigres y un zorro”.

¿Qué diferencia encuentras entre lo que leíste junto a tu hija en estos años y aquellos libros infantiles que consumías en tu niñez?

Los cambios tienen que ver mucho con el fondo y la forma de los libros infantiles de ahora versus los que leíamos cuando éramos chicos, que eran los cuentos tradicionales, no sé, de terror, que solían llevarnos los padres a la casa. Antes no nos llevaban mucho a librerías a elegir, como sí pasa hoy. Asimismo, en el pasado las historias tenían casi siempre un final feliz, mientras que ahora no. Hoy lo importante está en aquello que ocurre al medio y no siempre al final de una historia. De otro lado, la calidad ilustrativa de hoy es mucho mayor. Antes era mucho más difícil leer libros ilustrados de forma ‘clásica’. Ese me parece el gran salto que hay entre la literatura infantil de hoy y la que leíamos 30 años atrás.

A propósito de esta idea de que no todo es ganar, el cuento me hace recordar a la última eliminatoria rumbo a Qatar 2022. No clasificamos al Mundial, pero se aprendió mucho en el camino.

De eso se trataba. Los finales felices son así solo para algunos, porque en este caso, como solo algunos ganan, las historias tendrían que reducirse para ser leídas por grupos muy pequeños de personas. “Diez tigres y un zorro” tenía que ver fundamentalmente con el viaje hacia un proyecto, sobre todo lo que se puede hacer con ánimo y gracia. Así pues, lo que logras en el medio es tan valioso como llevarte el primero o el quinto puesto. Por eso creo que el giro de tuerca en este libro es dejar de lado el ‘reconocimiento’.

¿Qué particularidades tuvo este trabajo conjunto con la ilustradora Celeste Vargas Hoshi?

Al comienzo lo más complicado fue que Celeste no sabía mucho de fútbol. Así que tuve que empezar desde el principio, explicándole por qué el fútbol era relevante y por qué una historia debía contarse con estos personajes: muchos tigres y un zorro. Luego, había que ver cómo Celeste traducía muchas de mis ideas, y creo que le dio un salto de calidad al proyecto. También se tuvo que concretar personajes, para lo que se debía definir tipos de dibujos, elección de colores, escenarios, detalles a lo que se llega luego de mucha conversación y negociación. La idea era alcanzar un punto medio en el que ambos estemos de acuerdo en por qué era conveniente tanto el lenguaje como la imagen. Porque si bien en un libro infantil la imagen es más que relevante, el lenguaje no puede ser repetitivo ni obvio, porque ahí es donde los ojos del niño se voltean a otra cosa. Por eso este libro lo trabajamos prácticamente página a página.

A propósito de Luca, el personaje alusivo a Gianluca Lapadula, quien sin haber nacido en Perú finalmente aceptó jugar por nuestra selección y venir a casi un mundo distinto. ¿Qué nos dice este cuento con respeto al respeto a las diferencias?

Queríamos dejar en claro que somos diferentes, pero dentro de una cancha de fútbol todo se iguala. Al practicar este deporte, tu dinero o tu origen desaparecen. Se trata de: ¿Sabes jugar fútbol? Juguemos juntos y logremos un objetivo. Es, efectivamente, lo que pasó con la selección y con Lapadula. En algún momento lo veíamos tan distinto a nosotros, porque era un personaje tan raro, atractivo para algunos y repulsivo para otros, pero cuando lo vimos cantando el himno o celebrando un gol era imposible no verlo como alguno de nosotros. Esa me parece una lección que tiene que ver con que lo ajeno es ajeno un segundo antes de que le des la mano. Y esa es la lección del libro, que además sale publicado en plena época de migraciones y éxodos que vivimos ahora. Yo pienso que todos provenimos de lugares distintos, solo que tal vez algunos llevamos algo más de tiempo aquí.

¿Cómo ha recibido el libro tu hija y socia en las lecturas infantiles?

Súper contenta. Ella ha seguido el proceso desde el inicio y ahora ve el libro en librerías y no termina de entender por qué hay tantos por todos lados. Lo lleva al nido, lo lee, se lo sabe de memoria. Es una experiencia única para ella, para mí, y para su madre. Además, de mi parte, está la gran satisfacción de publicar y que te lean, y que tus libros tengan una vida independiente.

Finalmente, qué planes para el sello Crisol en el año 2023 luego de una pandemia que ha afectado a todos de distinta forma…

Teníamos muchas expectativas con la Feria Internacional del Libro de Lima 2022, y creo que esta fue muy buena. Se han abierto oportunidades para muchos proyectos ya que la literatura infantil y juvenil pusieron la música en la feria. Nosotros publicamos “Diario de domingo” de Pierre Castro, un proyecto que trabajamos durante tres años. El resultado fue muy satisfactorio. Ha salido también “Diez tigres y un zorro”. Luego, publicamos una colección de comida saludable para niños. Y ahora lo que se viene es continuar la esencia de nuestro fondo propio: renovar el equipo de escritores y proyectos, siempre buscando ser democrático y llegando a muchas personas gracias a nuestros muchos locales. Por eso tocamos temas de interés público, como el derecho, historia del Perú, etc. El sello Crisol siempre está dispuesto a revisar, proponer y sacar lo mejor de tantos autores que están ahí con muchas cosas interesantes para ofrecerle al público lector.  

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