Ya está en librerías «El desierto blanco», novela con la que Luis Carrasco ganó el Premio Herralde de Novela 2023.
El libro, incluido en la colección Narrativas Hispánicas, tiene 168 páginas y un valor de 17.9 euros.
Luis Carrasco es cineasta y escritor. Nació en Murcia en 1987. Cofundó el colectivo audiovisual Los Hijos. Ha ganado varios premios nacionales e internacionales, entre los que destacan el Goya a Mejor Película Documental y Mejor Montaje.
También es coautor del libro «La aritmética de la creación. Entrevistas con productores del cine español contemporáneo» y escribió en 2014 «Europa». Hoy se desempeña como profesor ayudante en la Universidad de Castilla-La Mancha.
A continuación, compartimos la sumilla oficial de la obra ganadora de Herralde 2023:
Nueve desconocidos huyen en globo de unos bombardeos. Deben decidir quién de ellos se tiene que tirar al mar para que el resto pueda llegar sano y salvo a una isla desierta y comenzar una nueva civilización. Los viajeros del globo son los únicos supervivientes de una guerra mundial que ha hecho desaparecer el mundo tal y como lo conocemos. Lo que está en juego, en realidad, no es el futuro de la especie humana, sino un trabajo temporal como vendedor en unos grandes almacenes.
«Así era la búsqueda de empleo en 2011», podría escribir Carlos, el narrador de esta novela, que desde un futuro incierto intenta rescatar, junto con otras voces cercanas y cómplices, el mundo en el que vivió y al que, «por motivos de sobra conocidos, ya no podemos volver». Desde ese enigmático exilio, el narrador rastrea, a través de memorias aparentemente anecdóticas, las oscuras corrientes subterráneas que transformaron la vida de todas aquellas personas que conocía, llevándolas tan lejos de allí.
Aunque ese primer cuarto del siglo XXI parezca un tiempo irrecuperable, quizá al narrarlo, al volverlo a contar como una ficción, Carlos pueda descifrar y redescubrir –como le recuerdan los correos cada vez más fantasiosos y delirantes de su hermano mayor– las claves de una época que parecía inmune a la fábula y la aventura, donde las únicas ficciones toleradas eran aquellas que permitían competir por un trabajo de mierda.