Juan Luis González, biógrafo de Milei: “El fenómeno de la nueva derecha argentina es mucho más de ‘descartados’ que de gente pudiente”

Empezó siendo un proyecto para radiografiar la nueva derecha argentina, pero en el camino terminó convirtiéndose en el perfil más completo de un hombre que, siguiendo un camino extraordinariamente singular, saltó de despotricar contra (casi) todos en televisión abierta a la mismísima Casa Rosada. Hablamos de Javier Milei, retratado magníficamente por el periodista Juan Luis González (Buenos Aires, 1992).

Fue ejerciendo el oficio que el autor de “El loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina” (Planeta, 2023) llegó a entrevistar en varias ocasiones al economista más controvertido en el espectro latinoamericano actual. Las casi 250 páginas de su texto demuestran el trabajo de orfebre que debió seguir González hasta completar un documento que puede ser leído de distintas maneras. Desde un perfil político hasta un recuento del ‘statu quo’, pasando inclusive por un estudio sociológico de una sociedad agobiada por años de inflación y políticos corruptos. “Milei tiene algo que es central, que es él, una persona rota, y por eso conecta con mucha gente en un momento en el que estamos todos muy rotos”, refiere González en esta entrevista.

Juan Luis, periodista de la revista Noticias, colaborador de Anfibia, y premiado por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, responde a continuación sobre los detalles más saltantes de “El loco”, una obra que parece escrita por un trajinado autor de bestsellers, pero que en realidad es su primer libro. Sin duda, el mejor aliciente para que en un futuro cercano vengan más éxitos.

Siendo este tu primer libro, ¿cuál dirías que fue tu mayor dificultad al perfilar a alguien como Milei?

Te diría que el mayor reto fue el libro mismo. Ahí me ayudó mucho la editorial y la editora asignada Paula Pérez Alonso. Esto en el sentido de que yo toda la vida trabajé artículos de semana a semana y pasar al ritmo y al tiempo del libro fue un desafío. Recuerdo que en los primeros borradores Paula me decía ‘está bárbaro, pero lo estás escribiendo como alguien que sabe que tiene 10 mil caracteres disponibles. Acá debes darle otro espacio, otro ritmo’. Eso fue un desafío, pero lo superé. Ahora, lo que tiene este libro es que empezó a gestarse desde el momento uno que seguí a Milei. Después me senté a escribir, pero yo ya lo venía craneando y salió bastante fluido porque además nadie cubría a Milei, y tenía el tiempo a mis anchas para avanzar.

Perfilas muy bien a Milei en un libro que se publica en Argentina semanas antes de que gane los comicios. ¿Puede el ganar una elección presidencial transformar completamente a una persona?

La presidencia puede acelerar algunos rasgos de Milei que ya estaban antes y que la fama y el poder ya los venían apresurando, que llevan a que muchos que han sido muy amigos suyos te digan: ‘este tipo no tiene nada que ver con el que conocimos’. Él siempre fue alguien muy cordial, muy ameno, y nunca tuvo maldad, al contrario, esta la ejercieron contra él. Y ahora cada tanto lo veo ejerciendo actos de crueldad que a mí me sorprenden bastante. Como la campaña contra la cantante Lali Espósito desde el Estado. Eso es una crueldad y él no era así antes.

Cuentas en el libro que venías estudiando la derecha política argentina y de pronto viraste específicamente hacia el caso Milei. ¿En esa investigación encontraste que la derecha, digamos reciente, es muy distinta a la de hace 30 o 40 años en Argentina?

Sí, hay grandes diferencias. La primera, el corazón de todo, es que esta nueva derecha tiene un contenido popular muy claro. Se nota que a Milei lo votaron muchos que en otro momento votaban al peronismo (los trabajadores). Se notó en la primera campaña de Milei, que sacó más votos en el sur de la ciudad, en los lugares más populares. Y se notó también en las elecciones en las que se convirtió en presidente porque le terminó yendo muy bien en provincias donde al peronismo le iba muy bien. Entonces, (este grupo nuevo) tiene muy poco del carácter oligárquico de la derecha más tradicional. Y uno lo notaba en las marchas muy rápidamente. Por ejemplo, en una marcha del ‘macrismo’ (Juntos por el Cambio), oposición tradicional al peronismo, iban las mucamas de los que se manifestaban con unas ollas pidiendo dólares para irse de vacaciones a Miami, mientras que acá iban chicos que se tomaban el colectivo, el tren o el subte, gente trabajadora que pagaba alquiler y si subía la inflación tenían problemas. Entonces, el fenómeno de la nueva derecha es mucho más de ‘descartados’ que de gente pudiente.

Una foto de la agencia EFE en la que Javier Milei tiene contacto con los jóvenes, parte clave de su arrastre en la última elección presidencial.

Suponemos que Milei no fue el único personaje ligado a lo ‘intelectual’ que apareció en los últimos años en Argentina. Y en esa línea, en tu libro mencionas una serie de factores que posibilitaron que él destaque por encima de los demás. ¿Cuánto dirías que influyó, por ejemplo, el factor mediático en su construcción?

Es central. Resulta imposible separar el Milei presidente del Milei mediático. Él se hace conocido ahí, hay un trabajo de construcción de muchos años. En 2018 fue el economista con más tiempo ‘en el aire’ de todo el país. Eso lo hizo crecer como figura, le consiguió una base joven que lo seguía, y configura uno de los aspectos centrales del fenómeno, que son las redes sociales. Milei es el primer político 100% nativo de las redes sociales. Es el político argentino con más seguidores en Instagram, con más reproducciones en TikTok. Y se nota mucho en sus formas. Si ves el camino en el que se hace conocido, obviamente estaba en la televisión, pero era el recorte de un minuto del video de una pelea en América TV, y cómo se viralizaba ese clip. Lo cual te explica por qué el año pasado ganaría en diez provincias en las que nunca puso un pie. Y lo ves no solo en Milei. Canales que lo siguen como Mariano Pérez de Break Point o el ‘Peluca Milei’ (Tomás Jurado). Este último, por ejemplo, solo sube contenido de Javier. En TikTok el año pasado, en plena campaña, tenía 8 millones de reproducciones, y la mitad era de Argentina. Entonces, mira cuánta gente miraba los videos que ni siquiera eran propiamente de Javier sino de un chico que lo seguía. Por último, y esta es una autocrítica para mis colegas, también hay una ausencia absoluta de periodismo crítico y de repreguntas hacia Milei. Hay mucho del fenómeno del rating y del click en el crecimiento de Javier. Como el tipo daba rating, a muchos no les importaba y nunca le preguntaron realmente nada.

El libro empieza con un caso, digamos, ‘emblemático’ de un seguidor de Milei al que le dieron la espalda. No le permitieron entrar con su bandera a un mitin y este se decepciona. Lo mismo pasa con varios otros personajes del partido a lo largo de las páginas. ¿Crees que esto se explica por una voluntad de renovación, o es más que todo algo de desinterés hacia el seguidor?

Ambas cosas. Milei es un revolucionario anarco capitalista que piensa que ve y habla con Dios, y por lo tanto se cree elegido de Dios y eso le da una impronta –y eso lo vemos en la presidencia—que va para adelante, con todo, acelera en todas las curvas, y tiene un proyecto realmente transformador. Por otro lado, si bien el político parte de un hecho biográfico de Milei, que es un tipo que toda la vida le costó muchísimo conectar con otros seres humanos. Vivió una vida solitaria, triste muy difícil, y por eso nunca ha podido tener amistades. Y uno ve en La Libertad Avanza que todo el tiempo echan a gente que hasta ayer eran mejores amigos o aliados. Si uno ve de la camada original del partido solo queda Victoria Villarruel que anda ‘a los tiros’ con Javier. Y yo te diría que me parece que no la echa porque la Constitución no se lo permite. Hay algo ahí de que la soledad de Milei, que era un hecho biográfico, ahora es un hecho político. Él ha echado a todos sus grandes amigos, y eso se nota en el descarte permanente de dirigentes y militantes. La premisa es –y en esto es muy celosa la hermana Karina—‘acá la única estrella es Milei’ y el resto está en segundo orden.

En tu libro hablas de ‘sellos de goma’, fenómeno que en Perú se denomina ‘vientres de alquiler’, referido a una especie de partidos fachada que se ‘alquilan’, por decirlo de alguna forma, para cada campaña. ¿En tu investigación descubriste que se trataba de algo nuevo en Argentina o más bien una práctica con muchos antecedes?

Sí, esto nació con la democracia misma. En el libro señalo que Néstor Kirchner en 2004-2005 cambia la ley para terminar con los sellos de goma, pero de ahí en adelante se complica bastante porque sí necesitas una serie de partidos más reales, pero como la ley no es retroactiva, no puedes bloquear a los partidos ya existentes. Pongo como ejemplo en el libro el caso del Bonacci, pero hay muchos otros casos más que van desde el 80, 90, y continúan. Son los claroscuros de la democracia argentina en los cuales Milei creció. Yo le di mucho hincapié a eso en mi texto para demostrar que había poco de nuevo en dicho espacio.

Apunté muchas ideas clave o fuerza, que surgen mientras leía tu libro: barras bravas, empresarios, médiums, perros inmensos, conductores de TV, negacionistas, etc. ¿Coincidirías en afirmar que Milei es una especie de representante de lo variado de la cultura y sociedad argentina? O por lo menos todo lo que gira alrededor suyo lo es…

Es interesante, pero más que la cultura te diría que representa la crisis de la economía y de la democracia argentina. En ese sentido, él y La Libertad Avanza son exponentes de 10 años de inflación impresionante, de 10 años de crisis y falta de respuestas. La cultura, y esto es algo muy parecido con Trump, es algo con lo cual Milei se enfrenta. Trump tiene su pelea con Hollywood, o con Taylor Swift. Acá también. De hecho, en La Libertad Avanza bromean con chistes como “nuestro líder cultural es Conan (el perro más querido por Milei)”, o sea, se jactan de no tener referentes culturales. Pero eso también es parte del fenómeno.

González ha logrado algo que pocos pueden: lograr un primer libro redondo.

¿Cómo trabajaste los detalles en tu libro? Uno se imagina, según dices, un departamento de 100 metros cuadrados a ratos muy sucio por el excremento de los muchos perros de Milei. ¿De qué manera procuraste entregar no solo un compendio de datos sino también ahondar en detalles?

Mi idea era que el libro tenga dos premisas. La primera eran los secretos de Milei, el protagonista, sobre todo haciendo foco en la inestabilidad personal, mental, psíquica de Javier. Y la otra es desarmar la idea de que La Libertad Avanza era un partido liberal, anti casta y nuevo, cuando era todo lo contrario, algo que estamos viendo hoy durante el ejercicio del poder. En lo personal, me impactaron mucho cosas como el perro muerto, Conan. Yo a Milei lo entrevisté cinco o seis veces y él me había hablado de Conan, así que es algo que yo ni siquiera había visto. Pensaba: este tipo ‘está en una’, crea una realidad que no existe y se la anda contando a todo mundo. Por otro lado, y esto es algo que él ya había contado, pero yo investigándolo encontré el nivel de horror que fue la vida de Javier, el grado de violencia que alcanzó la figura de su padre. Eso me impactó y quise darle cierta trascendencia en el libro.

En los varios factores que te enumeré hace un rato están también los empresarios. Algunos millonarios, con concesiones de muchos años, y que lo conocieron. ¿Qué tan clave fue para Javier Milei fue saber rodearse o estar en el lugar y momento indicado?

La clave del triunfo de Milei es esa que mencionas. Él no es un tipo que se caracteriza por ser muy inteligente, muy sabio en ninguna de las ramas de la realidad. No es un gran líder político de su propio espacio. Es más, en 15 años lo agarramos a Javier y va a seguir siendo y pensando parecido a lo que piensa hoy, que además es parecido a lo que decía hace 10 años. Ahora, él coincide con el clima de época, y el espíritu de los tiempos con ’la canción que él viene cantando’. Es un cruce que se dio en el momento justo, en el lugar indicado, y él es el hombre indicado, y Milei es el hombre indicado para este momento de Argentina. No es casual que una sociedad enloquecida por inseguridad, por inflación, por la crisis política haya elegido al ‘Loco’. O que una sociedad con miedo, enojada, haya elegido a un tipo igual. Hay un espejo ahí que se nota bastante.

Se dice hace mucho tiempo que los jóvenes no participan en política, que no se involucran, pero en el libro mencionas que los votantes de Milei son en su mayoría menores de 35 años. ¿Crees que esto puede darnos luces un poco sobre la juventud en tu país?

Evidentemente hay un fenómeno ahí, con muchas aristas. Una es que dentro de lo que es la crisis económica en Argentina los más damnificados son los chicos. Irse a vivir solo hoy es imposible para un chico. Luego, el gran desafío del primer trabajo, y con suerte eso te alcanza para comer una vez al mes una pizza fuera de tu casa. De hecho, el sector más empobrecido de la Argentina es la juventud. Ahí hay algo. Por otro lado, al resto de la política le ha costado interpretar bien el clima de época y a los chicos. Simplemente dejaron de hablar de ellos. Por ejemplo, la Cámpora –que es la juventud del Kirchnerismo—la manejan personas que cuando surgió ese grupo en 2006 eran chicos, y hoy la siguen manejando, con 50 años y canas. No interpretan a la juventud porque no sabe cómo interpretarla. En cambio, Milei habla mucho el dialecto de los chicos. Y ahí las redes sociales tienen mucho que ver. Esto habla mucho de un fenómeno en todo el mundo, y más en los jóvenes, que es el auge del individualismo, el ‘sálvese quien pueda’. En un país tan complejo y tan jodido, a contramano de lo que dice mi compañero de equipo (San Lorenzo) el Papa Francisco, de que nadie se salva solo, pues generó lo contrario. Y los chicos son el principal intervenido por esta realidad. Pero tampoco creo que los chicos se hayan vuelto de derecha, sino que estamos en un momento histórico que Milei sí supo interpretar.

En Perú se han descubierto muchos plagios de políticos, incluso la presidenta tiene un caso fiscal por eso. Pero luego de eso no hay, al menos conocidas, sentencias o castigos reales. ¿En Argentina pasa lo mismo? ¿En qué quedaron los casos contra Milei?

El plagio está tipificado. El artículo 197 del Código Penal se establece prisión de tres años por eso. Salvador Uribarri, un mexicano damnificado por uno de los casos, ya se murió. Fue justo a pelo con la campaña. No sé en qué habrá quedado el juicio de esto último.

Hace un momento me dijiste que Milei no era un hombre particularmente brillante. ¿Crees que lo que lleva de su gobierno ratifica eso?

Sí, en el sentido de que Milei triunfa más por la emocionalidad y por su instinto en dicho ámbito que por la inteligencia. Ese caos emocional que vemos es en parte lo que hace que funcione y enganche el fenómeno. A Javier se lo percibe genuino y humano, porque lo es. Porque solamente alguien que está roto puede parecerlo. Cuando está enojado es porque está enojado en serio, y cuando está loco es porque está loco en serio. Y esta cosa de un liderazgo y de una política más emocional que estratégica se nota mucho en las acciones de gobierno. Las peleas furibundas que tiene todos los días en Twitter, a horas de la madrugada incluso con aliados. Esa emocionalidad se nota mucho a la hora de gobernar. Fue muy buena para ganar las elecciones, pero yo pienso que no es muy buena para gobernar. Pero estamos en el baile y vamos a ver qué resultados trae.

El libro publicado por Planeta se vende en Latinoamérica y España. Un éxito editorial.

¿Dónde queda hoy la derecha del PRO, de Macri, hoy? ¿Crees que en las próximas elecciones la gente les dirá ‘ustedes fueron aliados de Milei y les cobrará la factura o ves posible que logren distinguir ambas opciones?

El PRO está en un gran brete. De hecho, ya cuando apoyan a Milei a mediados del año pasado se parte y un porcentaje de la gente se va. Y tienen un gran problema: si a Milei le va bien, le va bien a Milei, pero si le va mal, Macri también va a pagar la factura. Mauricio lo sabe, es consciente de eso, y por eso su intención de volver a ser presidente del partido. Es un futuro incierto. Yo ducho mucho que logre salir indemne de esta experiencia.

Por las noticias que llegaban desde Argentina, Milei anunciaba el cierre del Banco Central, dolarizar la economía, eliminar varios ministerios, pero hasta ahora, salvo el cierre de Telam (Nota del redactor: tras la realización de esta entrevista se concretaron miles de despidos estatales), no han ocurrido cosas muy grandes. ¿Cómo puede gobernar un radical sin tomar medidas radicales?

Es un debate acá en Argentina: muchos dicen que Milei no era lo que decía ser. Yo estoy en la vereda del frente. Javier dice lo que hace y hace lo que piensa. Puede dar un paso atrás para luego dar dos adelante, pero la verdad es que lo sorprendente de este fenómeno es lo que viene cumpliendo de lo que prometió. Él prometía un ajuste mayor de lo que pedía el FBI y lo está haciendo. Y a pesar de eso mantiene la popularidad. Su ajuste no tiene parangón en la historia argentina. Alguien con tres meses en el gobierno, con minoría en ambas cámaras, sin gobernadores, sin intendentes, con un espacio político muy flojo, pero a pesar de eso va para adelante con todo. Subió el transporte público y las tarifas. Y la dolarización yo creo que él la quiere hacer. Y sé que en el Ministerio de Economía la están trabajando. Estamos viendo la película de los 100 días de gobierno, pero yo lo dejaría en suspenso porque sus grandes eslóganes los quiere cumplir. Él es un convencido de lo que está haciendo. Está en una ‘misión bíblica’, no tiene nada que perder y va siempre al frente. Creo que va a intentar cumplir sus promesas de campaña. Probablemente después no lo logre, porque después la realidad se interpone, pero que las quiere hacer, total.

Para la derecha argentina, ¿crees que es la gran oportunidad para hacer un buen gobierno, o sin Milei simplemente hubiera ganado otra figura de ese espectro como, no sé, Rodríguez Larreta?

Rodríguez Larreta seguro que no porque, justamente, Milei es consecuencia del clima de época, lo que pedía extremos, momentos duros y un líder duro como es Javier. Yo creo que le hubiera ido bien a la nueva derecha con otro candidato, pero quizás no hubiera ganado. Milei tiene algo que es central, que es él, una persona rota, y por eso conecta con mucha gente en un momento en el que estamos todos muy rotos. Es muy ‘mileísta’ el fenómeno Milei, así que no lo correría hoy del eje. Sé que la sociedad cambió mucho en el último tiempo, pero en 2019 se presentó José Luis Espert, que de hecho hoy es un gran aliado de Javier, también liberal duro, que decía ‘cárcel o bala’ para los piqueteros, y sacó 2% de los votos. Y luego viene Milei y saca 30% de los votos. Hay algo en él, seguro.  

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